Por su parte, el 38% de la banca europea se encuentra aún en fase inicial de adaptación a la nueva norma europea y el 47% está en periodo de diseño, según el estudio, que concluye, así, que más del 90% de los bancos del continente está todavía trabajando en su adaptación a PSD2.
El 70% de las entidades entrevistadas para este informe reconoce que esta nueva directiva, que obligará a las entidades europeas a abrir sus infraestructuras de pago y a compartir los datos de sus clientes con otros proveedores de servicios financieros, va a tener impacto en todas las funciones de su organización.
A la hora de adaptarse a los nuevos requerimientos de la norma, la principal área de los bancos que lo impulsa es la de cumplimiento, según el 19% de los encuestados, seguida de la de operaciones (17%) y la de transformación digital (17%).
Las entidades fueron preguntadas sobre sus preferencias en torno a cuatro modelos de negocios emergentes en el entorno de los medios de pago, a lo que el 50% respondió que se inclina por convertirse en plataformas agregadoras de pago, en cuyas infraestructuras puedan integrarse terceros y ofrecer sus productos y servicios.
La socia del Sector Financiero de PwC Raquel Garcés señala que los bancos y las entidades financieras se enfrentan a un doble desafío con la entrada en vigor de esta norma: "Asegurarse de que cumplen con la nueva normativa en el momento de su entrada en vigor y, por otro lado, ser capaces de adaptar sus estrategias y sus modelos de negocios en un mercado que en los próximos años va a experimentar una fuerte transformación".