La cifra de negocios de la empresa entre enero y junio fue de 20,6 millones de euros, un 23,7% menos que en las mismas fechas de 2015, cuando facturó 27 millones de euros.
Esta caída se debió, principalmente, a que a fecha del 31 de diciembre del ejercicio pasado la cartera de pedidos había descendido "muy considerablemente", según la empresa.
Al final del primer semestre, la cartera de pedidos consolidada era un 14,8% superior a la registrada en la misma fecha del año anterior, al situarse en 30,1 millones de euros.
De cara al futuro, la compañía considera que existe un clima "de gran incertidumbre política", tanto a nivel nacional como internacional, lo que "dificulta las inversiones a todos los niveles".
Por un lado, las inversiones ya estudiadas y que se encuentran en fase final se dilatan por la falta de confianza y, por otro, "cuesta mucho que se generen nuevos proyectos de inversión", indica la empresa.
No obstante, Nicolás Correa conserva un "moderado optimismo" sobre sus expectativas comerciales para los próximos meses, ya que existen sectores en fase de expansión, el automovilístico y el aeronáutico.