Los impuestos más extraños y ridículos

Noticias Cuatro / Agencias 07/02/2016 09:30

En 40 de los estados de EEUU las autoridades creen que los tampones no son de mucha necesidad, así que impusieron una tributación a este producto de higiene personal. Mientras que en Texas existe un cobro especial sobre los árboles de Navidad y sus adornos. La patria de los impuestos más extraños no deja de sorprender: en Nueva York si decide comer un bagel (pan redondo con un agujero en el centro) cortada en dos en una cafetería le van a cobrar un impuesto adicional. ¿Por eso será que en las películas de Hollywood muy a menudo los protagonistas piden comida para llevar?

Aspirando a reducir el efecto invernadero, el Gobierno de Estonia aprobó en el año 2008 un impuesto que provocó mucha polémica entre los agricultores: les obligaron a pagar por la flatulencia de sus vacas.

Mientras tanto en Austria los aficionados al esquí tendrán que pagar un impuesto por el yeso. El seguro médico no cubre a todos los turistas, quienes por desgracia necesitarán la asistencia de traumatólogos.

El Knéset, el Parlamento israelí, aprobó el año 2013 una lista de los artículos de lujo sometidos a impuesto. Pero entre los frigoríficos y abrigos de pieles, no figuran los móviles con precios superiores a 400 dólares.