La recesión se hizo sentir en toda la industria, con una caída de la actividad en todo tipo de empresas, independientemente de sus dimensiones, y entre los consumidores, declaró Rob Dobson, economista senior de Markit.
Asimismo, el economista destacó que las exportaciones británicas, si bien se beneficiaron de la depreciación de la libra esterlina, lo hicieron "en menor medida de los estimado con anterioridad" ante el debilitamiento de la demanda internacional, mientras los costes para las empresas aumentaron a su mayor nivel en cinco años.
Asimismo, los datos de la encuesta PMI del sector manufacturero del Reino Unido constataron en julio una nueva pérdida de empleo, cumpliendo así siete meses a la baja, pero con el mayor ritmo de caída en tres años y medio.
"La debilidad de las cifras proporciona poderosos argumentos para intervenir con rapidez y evitar que la recesión se incruste en mayor medida y para contribuir a devolver en parte la confianza facilitando una pronta recuperación", añadió Dobson.