Los ingresos operativos de la entidad, participada en un 63% por el Gobierno holandés, se incrementaron un 14% entre los meses de enero y junio hasta los 4.738 millones de euros, mientras que el resultado operativo mejoró en un 27%, hasta los 2.018 millones de euros.
Respecto al segundo trimestre del ejercicio vigente, ABN Amro obtuvo un beneficio neto de 960 millones de euros, lo que implica más que duplicar (+146%) las ganancias contabilizadas entre los meses de abril y junio de 2016.
Por su parte, los ingresos operativos en el segundo trimestre alcanzaron los 2.492 millones de euros, un 13% más. El resultado operativo, al contabilizar unos gastos operativos por 1.367 millones de euros, fue de 1.124 millones de euros, un 19% más que en el segundo trimestre del año precedente.
Por su parte, la ratio de capital básico CET1 de ABN Amro alcanzaba el 17,6% en junio de 2017, frente al 16,2% anterior. En este sentido, la entidad apunta a que, en el caso de que no haya un acuerdo antes de que finalice el año en torno a Basilea IV, realizará una revisión de esta ratio en el primer trimestre de 2018.
El consejero delegado del banco, Kees van Dijkhuizen, atribuye las ganancias obtenidas en el segundo trimestre al "impacto positivo generado por el beneficio no recurrente de 200 millones de euros logrado tras la venta de la división privada en Asia, así como al perfeccionamiento de dos modelos de riesgo".
De igual forma, hizo alusión al "crecimiento continuo" de la economía holandesa como otro de los factores de impulso de su balance, que está permitiendo una "buena trayectoria" de las solicitudes de préstamos para hipotecas y de su negocio de banca comercial.