El número oficial de víctimas mortales por el terremoto, de 5,8 grados en la escala de Richter y que la madrugada del domingo sacudió el centro de Italia, ha ascendido a 150, según ha confirmado el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi. Además, esta cifra puede seguir creciendo en las próximas horas debido al elevado número de personas que han quedado atrapadas bajo los escombros de los edificios.
Según los datos ofrecidos por la Protección Civil italiana el terremoto habría sido de 5,8 grados en la escala de Richter. El epicentro se ha situado cerca de L'Aquila, a unos 85 kilómetros al noreste de Roma, pero ha provocado graves daños humanos y materiales también en numerosas localidades de su provincia, como Villa Sant'Angelo, Paganica, San Demetrio, Onna Fossa y Poggio Picenze.
Edificios derrumbados
El temblor se produjo alrededor de las 3.35 horas de la madrugada y también fue percibido por habitantes de la capital italiana, muchos de los cuales llamaron alarmados a los servicios de emergencia para saber si tenían que tomar medidas de precaución.
Sin embargo, la zona más afectada fue la de L'Aquila, en la región del Abruzzo, donde numerosos edificios se derribaron, entre ellos la cúpula de la iglesia de las Almas Santas, en el centro histórico. La catedral también sufrió daños estructurales.
Los Bomberos de la zona se hallan inmersos en las tareas de rescate para sacar a las personas que han quedado atrapadas en los escombros de los edificios derrumbados, entre los que figura un alojamiento para estudiantes en el que también podrían haberse registrado víctimas.
50.000 evacuados
Según las estimaciones de Protección Civil, más de 50.000 personas han tenido que ser desalojadas, mientras que hay unos 1.500 heridos y cerca de cien mil personas han sido evacuadas. Berlusconi, que ha hablado en el programa televisivo "Matrix", ha afirmado que "la situación organizativa es satisfactoria, estamos haciendo todo lo posible para recuperar a las personas bajo los escombros y estamos siguiendo algunos casos particulares con el corazón en la garganta".
En el centro hospitalario de la localidad sólo hay un quirófano, por lo que se ha tenido que levantar un hospital de campaña para hacer frente a todos los pacientes que necesitan atención, muchos de los cuales están siendo tratados a las puertas del hospital, dado que no queda espacio en el interior. Además, los más graves han tenido que ser trasladados en helicópteros a otros centros.