La RAE entrega sus premios anuales al director Cesc Gay y al escritor Jorge Galán

EUROPA PRESS 24/11/2016 20:14

El Premio Borau-RAE ha sido otorgado al guion de la película 'Truman' por "su profundidad en la creación y desarrollo de los personajes, así como la valentía para abordar un serio problema humano y resolverlo con naturalidad". Este galardón lo han recogido sus creadores, el director del largometraje Cesc Gay, y Tomás Aragay.

Acto seguido, se ha entregado el Premio Real Academia Española de creación literaria al escritor salvadoreño Jorge Galán por su obra 'Noviembre', una novela y una construcción literaria "llena de verdad histórica y humana, con una escritura eficaz y poética".

La sesión, que se organiza anualmente en honor de los patronos y benefactores de la Fundación, ha comenzado con la intervención del Gobernador de España, Luis María Linde, quien ha recordado el papel de la fundación desde su constitución en 1993, bajo la presidencia de honor de Su Majestad el Rey.

"La Fundación pro-RAE impulsa y canaliza la ayuda de la sociedad civil a la tarea que la Academia Española y sus corporaciones hermanas de América, Filipinas y Guinea Ecuatorial desarrollan conjuntamente al servicio de la unidad de la lengua española, así como de su cuidado y difusión en todo el mundo", ha señalado.

En el Día de la Fundación es tradicional que un miembro de la corporación dicte la conferencia conmemorativa. En esta ocasión, el encargado ha sido José Manuel Sánchez Ron, vicedirector de la corporación, quien ha pronunciado la lección magistral 'Nada de lo humano le fue ajeno: José Echegaray (1832-1916)', dedicada a la memoria del político, matemático, Premio Nobel de Literatura y académico en el año de su centenario.

El 20 de mayo de 1894, en este mismo edificio, entonces recién inaugurado, José Echegaray y Eizaguirre tomaba la palabra para pronunciar su discurso de entrada en la RAE. Sánchez Ron ha recordado que, cuando Echegaray leyó este discurso de ingreso, "lo había sido prácticamente todo, aunque todavía sería más".

"Hoy, el año en que se cumple un siglo de su muerte, tengo el honor de hablarles de él, de un hombre al que bien se le puede aplicar aquella sentencia de Terencio: 'Nada de lo humano le fue ajeno'. Era incuestionablemente, como dijo de él Ramón y Cajal, el cerebro más fino y exquisitamente organizado de la España del siglo XIX", ha concluido.