Encuentran un valioso Gauguin en la cocina de un obrero jubilado en Sicilia

Noticias Cuatro / Agencias 03/04/2014 13:49

El óleo sobre lienzo de Gauguin, cuyo valor estaría entre 10 millones y 30 millones de euros según estimaciones de la policía, es muy diferente de las coloridas pinturas de mujeres tahitianas que hizo el artista tras abandonar Europa camino a la Polinesia en la década de 1890.

La imagen muestra dos cuencos de frutas sobre una mesa de madera cubierta por un mantel blanco, con un pequeño perro durmiendo más atrás. Firmada y fechada en 1889, está dedicada "a la condesa N". La pintura de Bonnard, también firmada, muestra a una pequeña niña vestida de blanco y sentada en lo que parece ser un huerto.

Dos obras únicas con historia

"Estas dos obras maestras tienen historias únicas e inimaginables", dijo a periodistas el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini, cuando fueron exhibidas en el Ministerio el miércoles.

Ambas pinturas fueron robadas de una casa en Londres y encontradas en un tren en la ciudad de Turín en el norte de Italia, donde el contrabandista parece haberlas abandonado debido a los controles fronterizos o algún otro tipo de revisión, especuló la policía. Los trabajadores del ferrocarril las enviaron a objetos perdidos, después de lo cual fueron subastadas y adquiridas por el jubilado.

El descubrimiento de los lienzos se debe al hijo del trabajador, un estudiante de arquitectura, que hace un año ojeando un catálogo artístico, vio una obra que se parecía mucho a una de las que colgaban de las paredes de la cocina familiar. El detalle del perrito y la firma del artista al lado, en las imágenes del volumen, coincidían curiosamente con la tela comprada por su padre. El resto fue fácil: consultó a unos expertos y se dirigió al cuerpo de carabineros responsable de la tutela del arte italiano.

Queda aún establecer a quién pertenecen legítimamente los cuadros, algo que deberán decidir las autoridades judiciales. La pareja a la que fueron robados los cuadros murió hace años y, aparentemente, no dejó herederos directos. Existan o no, se prevé una larga batalla judicial hasta que se decida dónde han de colgarse los cuadros, si en Londres o en la cocina sicilianadel trabajador de la Fiat amante del arte.