Los fotogramas revelados por Netflix se dividen en tres grupos: tres imágenes protagonizadas por la propia protagonista de la historia ya inmersa en los avatares de la guerra, dos imágenes en las que se refleja el fervor inconsciente de los soldados y una, especial en sí misma, que retrata la huida de un incendio.
Un momento en el que el fuego y las siluetas recortadas en la oscuridad transmiten desconcierto y miedo. Un sentimiento que se adueñó de Camboya durante el genocidio que vivió Loung Ung.
El filme es la adaptación de las memorias escritas por Loung Ung, una superviviente al régimen jemer que en el 2000 publicó su diario para exponer al mundo lo que había ocurrido en su país, aportando detalles de su experiencia como niña soldado en el genocidio camboyano. Sensaciones que Jolie ha tratado plasmar desde el best-seller de la conocida activista, combinando escenas sensibles con momentos que parecen sacados de un drama bélico.
Se lo llevaron: recuerdos de una niña de Camboya muestra los horrores del genocidio realizado por los Jemeres Rojos, el partido comunista camboyano, entre 1975 y 1979. La historia se relata a través de los propios ojos de la activista, desde que tenía 5 años, cuando los Jemeres Rojos tomaron el poder, hasta los 9 años. El filme muestra el indomable espíritu y devoción de Loung y su familia mientras luchan por mantenerse unidos.