Miles de personas dan tregua a la crisis y llenan las calles de Barcelona

Noticias 23/04/2013 13:13

"El dinero se saca de donde sea para poder llevar rosas a las mujeres que más quieres en un día tan especial como hoy", ha explicado a Europa Press Julián Sancho, de 42 años y vecino del barrio del Raval, tras comprar dos ramos en una parada de La Rambla para su madre y su hija.

Como él, miles de personas transitan desde primera hora de la mañana por el centro de Barcelona con rosas entre sus brazos, principalmente de color rojo: "Este año volvemos a los orígenes y potenciamos la compra de las rosas rojas porque necesitamos pasión y sencillez en nuestras vidas", ha valorado Cati Navarro, de 61 años, que tiene en una parada en Paseo de Gracia.

Los floristas catalanes esperan vender entre cinco y seis millones de rosas durante la jornada, una cifra similar a la del año pasado pero que supondrá un menor margen de beneficios, pues ellos mismos asumirán la subida del IVA del 8 al 21 por ciento, por lo que los precios no han variado y se pueden comprar rosas desde tres euros.

"A lo largo del día puede que tengamos que ir bajando precios porque este es el Sant Jordi con el cinturón más apretado que recuerdo", ha afirmado Navarro, que lleva diez años vendiendo rosas por Sant Jordi junto a dos amigas en diferentes puntos de la capital catalana, aunque este año también está acompañada de su nieta, de dos años, de quien cuida mientras la madre de la pequeña trabaja.

Como alternativa a las flores naturales, este año han proliferado las paradas de rosas artificiales y elaboradas con todo tipo de materiales, como papel, cristal y cápsulas de café recicladas.

"Ya que a la gente le supone un esfuerzo comprar una flor, es positivo que les dure y tenga un valor añadido", ha valorado a Europa Press Claudia Llopis, que vende todo tipo de rosas de ganchillo elaboradas por ella misma, además de puntos de libro hechos de cartón.

REIVINDICACIÓN NACIONAL Y SOCIAL

Además de las paradas de rosas, las aceras del centro de Barcelona acogen decenas de carpas donde los escritores se refugian del sol que cae sobre las colas de lectores que aprovechan el día de Sant Jordi para acercarse a su autor favorito y estampar su firma en un libro, que este año estará principalmente protagonizado por reivindicaciones nacionales y sociales.

Decenas de libros que cuentan con Cataluña como escenario principal, como 'Victus' (La Campana), de Albert Sánchez Piñol, se mezclan en las paradas con historias que recogen reivindicaciones ciudadanas, como 'Sí se puede' (Destino), de Ada Colau, que aborda la trayectoria de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

"Hay mucha gente que pregunta por los libros más baratos y de esos se lleva el que más le interesa. Los caros ni los miran", ha explicado a Europa Press Rosa Cruells, mientras vendía un ejemplar del libro de Colau.

Los distintos gremios literarios de Cataluña prevén que la facturación caerá ligeramente y estiman una venta de un millón y medio de libros, aunque algunos libreros, como Cruells, son más pesimistas y apuntan a "una debacle porque la gente tiene presupuestos muy ajustados".

La ebullición literaria de las calles del centro contrasta con la actividad de la clausurada librería Catalonia, en cuyo interior hay decenas de operarios que trabajan para no dejar rastro de los libros que antes cubrían las paredes y montar un restaurante de comida rápida: "En breve acabaremos las obras", ha afirmado a Europa Press uno de los operarios.