El periodista y escritor valenciano Martí Domínguez ha publicado su sexta novela 'L'assasí que estimava els llibres' (Grup 62), una crítica "suave" sobre las intrigas que rigen el mundo literario, intelectual y universitario valenciano y catalán.
En la novela, un crítico literario inflexible tan famoso como odiado aparece asesinado en el barrio del Carme de Valencia, y al lado del cadáver aparece el libro 'L'assasinat com una de les belles arts' ('El asesinato como una de las bellas artes').
Domínguez ha explicado que esto da lugar a una investigación centrada en el mundo literario valenciano y catalán, en el que los inspectores caen "como dos extraterrestres" descubriendo las peleas y rencillas en su seno.
Con una radiografía del mundo intelectual, la novela pasa por el lenguaje encubierto de las críticas literarias y las fuertes críticas hacia unos autores y no otros; sobre su relación con éstos ha asegurado: "Hasta ahora los críticos me han tratado muy bien".
Llena de metaliteratura y de autores como Lorenzo Silva y Andrés Trapiello, Domínguez ha explicado que "nadie es nadie", ya que no ha querido hacer referencias encubiertas a ningún autor, pensando tanto en el público catalán como valenciano.
"BATALLAS" DEL MUNDO INTELECTUAL
"Todo ello me permite hacer una crítica de fondo del mundo intelectual con batallas que al público generalista se le escapan", ha dicho, pero también a la burguesía que ha abandonado en tantos sentidos la cultura" y hacia una política que vive de espaldas a la cultura.
Ha considerado que la sociedad ha abandonado el hábito de la lectura, de estar informado culturalmente y considera que no una necesidad para la vida: "Quería mostrar esta ignorancia feliz en al que vive mucha gente".
Con esta novela, Domínguez ha intentado cambiar de registro, pero no dejar de proponer mensajes ante "un momento de desecho intelectual".
Ha lamentado que una figura como Noam Chomsky no sea escuchada y es menospreciada, ante lo que Occidente necesita recuperar la figura del intelectual, y ha dicho que también en Francia y en España.
Sobre el proceso soberanista, ha señalado: "En todo el proceso se ha hablado mucho de dónde está la intelectualidad española, explicando las diferentes posturas, y se ha preguntado ¿dónde están los Unamunos?
Ha lamentado que "están todos en sus cátedras haciendo 'papers' sin contacto directo ni influencia en su sociedad", de modo que ha llamado a abandonar la lectura de aquellos libros que enganchan pero que no cambian al lector en ningún modo.