"Estoy trabajando en una novela, tengo un primer borrador avanzado. Todavía me queda mucho tiempo -ha explicado Vargas Llosa--. A diferencia de otras novelas, es una novela que empezó sin título. Me cuesta mucho trabajo trabajar en una novela sin tener el título; el título me ayuda a mi muchísimo. Es como una especie de síntesis de lo que debe ser la historia, y creo haber encontrado el título en estos últimos días".
Además de desvelar el nombre de su próximo libro, Vargas Llosa ha calificado el término "repera patatera" de "expresión enigmática", al ser preguntado por la definición utilizada esta semana en el Congreso por el director de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez, al hablar de los datos de los investigados por su departamento. No obstante, ha advertido de que "quizá no sea bueno" para la democracia desprestigiar sistemáticamente a la clase política, porque se corre el riesgo de que a los políticos los sustituyan otros, como demagogos o caudillos.
El Nobel de Literatura ha advertido también de que, aunque no cree que ocurra, si desaparece la cultura del libro, la sociedad perderá la cultura de la libertad y ha augurado un mundo 'orweliano', de "robots" donde todo esté organizado por un poder invisible.
En este sentido, ha alertado de que la cultura de las pantallas y tabletas es una cultura de entretenimiento, que abole en la gente el espíritu crítico. "Si la sociedad futura va a reemplazar las grandes novelas por las series en televisión el resultado de eso puede ser un mundo en el que desaparezca la libertad", ha avisado.
Así, Vargas Llosa ha insistido en que es muy importante defender la cultura de la palabra escrita, que "produce mejores ciudadanos", que están convencidos de que el mundo está mal hecho y podría ser mejor, "algo que todos los poderes tratan siempre de negar".
Por ello, ha subrayado que leer debería ser uno de los objetivos esenciales de la educación, y que su fomento no depende solo de los maestros sino también de la familia. "La escuela debe incluir como un objetivo esencial crear lectores, no creo que sea difícil, es muy fácil demostrar a los niños que la lectura es un placer infinito --ha asegurado--. Si eso forma parte del currículo escolar los libros no van a desaparecer".