Desde que falleciera el célebre escritor de Viaje a la Alcarria, La familia de Pascual Duarte, La Colmena o San Camilo, 1936 la vida de la viuda sufrió un notable cambio aunque siga viviendo en la casa que el matrimonio compartiera en el exclusivo barrio de Puerta de Hierro con su tercer marido Enrique Puras con el que se casaría una vez saltado el escándalo un 29 de junio de 2013. Una boda celebrada en la fastuosa mansión que olvidaba por unos momentos la lucha mantenida por la herencia con el hijo del escritor, Camilo José Cela Conde y que la Fundación Camilo José Cela estaba en entredicho...
- Marina Castaño y Camilo José Cela Conde se evitan en su obligado reencuentro
Todo comenzó cuando Lola Ramos, una vecina de Iria Flavia, presentaba una denuncia en la que aportaba a la Fiscalía de Galicia información relativa a supuestos trasvases de dinero efectuados entre la fundación, sin ánimo de lucro, y sociedades propiedad de Cela y Castaño. A mediados de 2012, el fiscal de Santiago, Álvaro García Ortiz, denunciaba a Marina Castaño y al exgerente de la Fundación Cela por un supuesto delito de malversación de caudales públicos.
En el auto de cierre de instrucción, la titular del Juzgado número 2 de Padrón, Paula Ventosa, constataba que, del estudio de la documentación y de la declaración de los investigados y testigos, "resultan indicios suficientes de la participación de los investigados": Marina Castaño, Tomás Cavanna (exgerente de la fundación), y Dositeo Rodríguez (exconselleiro, excandidato del PP a la Alcaldía de Santiago y hasta hace poco miembro del Consello de Contas) y Covadonga Rodríguez (hija de Dositeo Rodríguez y subdirectora de la fundación).
La viuda de Camilo José Cela junto a los otros investigados como el exgerente de la fundación, Tomás Cavanna, y el que fue miembro del Consello de Contas, Dositeo Roríguez, y su hija Covadonga tienen que acudir obligatoriamente este jueves a recoger un auto en el Juzgado de Padrón, sin poderse eximir del bautizado ya paseillo por Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina.
Esto se debe a que los implicados se verán sentados en el banquillo y serán juzgados no solo por un juez sino también por un jurado popular que será quien dirima si hay culpa o no... y por ello deben acudir a recoger el auto en primera persona según fuentes policiales consultadas.
MARINA CASTAÑO SE PODRÍA ENCONTRAR CON UNA PENA ENTRE TRES Y SEIS AÑOS DE CÁRCEL
Además de ser así, si Marina Castaño y compañía, resultaran culpables por supuesto delito de malversación de fondos públicos en la Fundación Camilo José Cela, podrían encontrarse con una pena de entre tres y seis años de prisión, además de entre seis y diez años de inhabilitación, como establece el Código Penal.
Entre las irregularidades se encontraría si el despido de Cavanna por el que cobró 150.000 euros de indemnización fue simulado ya que habría sido de motu propio su decisión de abandonar la fundación del escritor de La Colmena. Las 'dichosas nuevas tecnologías' vuelven a jugar una mala pasada en otro supuesto delito de fraude y unos correos vuelven a dejar el rastro del caminito de Garbanzito.
Según la documentación disponible y en esa documentación, Tomás Cavanna "reconoce ya en vida de Camilo José Cela que quería abandonar la fundación, pero siguió prestando sus servicios por petición expresa" del Nobel. Desde el 17 de enero de 2002, día en el que fallecía Camilo José Cela y Trulock, hasta el abandono de Cavanna pasaban casi siete años hecho que extrañaba a la jueza: "Llama la atención que el señor Cavanna presente su dimisión en la reunión del patronato de la fundación celebrada el 30 de noviembre de 2009, cuando según el acta de dicha reunión se informa por el señor Cavanna que la fundación se encuentra en números rojos desde el 22 de noviembre", anotaba en un auto anterior la jueza, en el que desestimó el sobreseimiento de la causa ante un recurso presentado por los investigados.
En él, se preguntaba que "no se entiende el motivo por el que, si antes del fallecimiento de don Camilo José Cela (2002) tenía la intención de abandonar la fundación, el señor Cavanna esperó hasta 2009, momento en el que la fundación atravesaba una precaria situación económica para dejar de prestar sus servicios" y que en abril de 2012 tuvo que ser rescatada por la Xunta de Galicia pasando a tener carácter público presidiendo la Consellería de Cultura el patronato.