Bajo el nombre de '¡Únete! Join us!', esta propuesta surge del replanteamiento que Colomer hace de "la lógica nacional" de los pabellones en estas exposiciones. "La idea de mostrar al mundo lo que se hace en un país se hacía ya en el siglo XIX, pero cuando no había Internet o televisión y se exponían, por ejemplo, esquimales", ha ironizado Colomer.
Es por ello que este pabellón comisariado por Manuel Segade --quien ha sido elegido en esta ocasión por el propio Colomer--, se "desplaza a sitios distintos" a través de intervenciones en distintos países, registradas en vídeos en los que aparece la mayoría de las veces con una bandera multicolor cambiante.
Tres mujeres son las protagonistas de estos vídeos, en los que se invita a participar también a otros actores --no profesionales-- y público en general --hasta llegar a 300 personas que "aparecen y desaparecen". "Es una idea de ficción que se va tiñendo de realidad, al final acabamos sorprendidos por el éxito del movimiento", ha recalcado el artista.
"¿Por qué he elegido el nomadismo? En estos tiempos en los que es más bien forzoso, muchas gentes se ven obligadas a desplazarse de sus casas y creo que hay un efecto de rechazo a esta población. De hecho, es un gran tabú de nuestra sociedad y esta instalación se replantea el nomadismo como una organización posible de nuestras vidas", ha señalado.
NASHVILLE, ATENAS O BARCELONA
Nashville, Atenas --ambas ciudades con un partenón, en el caso de la primera una réplica-- o Barcelona son algunas de las ciudades que se incluyen en los recorridos de estas poblaciones nómadas, en los que proponen "ocupar el tiempo" con iniciativas como el relato oral de la Torre de Babel tal y como la imaginó Kafka.
En el proyecto, con ecos de J.G. Ballard o el 'New Babylon' de Constant, Colomer no solo proyecta esa imagen de "ciencia ficción" a través del vídeo. Así, la arquitectura y la escultura juegan un papel importante, como ese patio central englobado en la instalación 'Detalles de arquitecturas de apartamentos, hoteles de tres y cuatro estrellas y centros comerciales de la costa española de 1968 a 2005'.
También habrá unas gradas donde la gente podrá "sentarse, ver y ser observado", e incluso participará de los vídeos que se proyecten en el espacio. "Me interesa lo que pasará en el pabellón cuando se abra, porque el público también será parte integrante del proyecto", ha indicado.
"PISTOLA EN LA CABEZA"
Colomer ha lamentado la "locura" que supone participar representando a España en la Bienal, dado el escaso tiempo --seis meses-- con el que ha contado para preparar la instalación. "Es tirarte a una piscina, cuando hay países como Estados Unidos o Francia que cuentan con un año, o Canadá con dos. Es algo mejorable y se podría trabajar sin necesidad de una pistola en la cabeza", ha criticado.
De hecho, tanto el director de relaciones culturales y científicas de AECID, Roberto Varela, como la directora general de Acción Cultural Española, Elvira Marco, se han comprometido a ampliar el periodo de trabajo para esta iniciativa, con el objetivo de dejar un año para futuros artistas.
En esta edición se ha contado con un presupuesto de 350.000 euros para el proyecto artístico --50.000 euros menos que en la anterior edición-- y aunque Colomer ha bromeado con que "las malas lenguas dicen que cada año se divide por dos", reconoce que "no ha supuesto ninguna cortapisa" para el proyecto puesto que ya se conocía antes de cerrarlo.