La mayor parte de estas obras fueron realizadas durante las últimas décadas, pero la muestra permanente también incluye pinturas de diferentes períodos, en las que Miró refleja continuamente los mismos temas, reinventándolos y dándoles una nueva vitalidad.
Además cuenta con cuatro esculturas y un óleo de Alexander Calder (obsequios de éste al propio Miró), con el que el pintor catalán mantuvo una gran amistad y una especial proximidad artística.
El recorrido por la colección se divide en cinco secciones. La primera de ellas, 'Miró/Calder', presenta la mutua admiración artística y la relación de amistad entre ambos artistas, que compartieron el mismo interés por la depuración formal de los motivos, así como por la abstracción, el circo o el ballet, entre otros.
La segunda sección se titula 'El signo y el gesto', en el que se observa el nuevo modo de Miró de disponer en la superficie del cuadro una serie de formas, lo que influyó en la mayor parte de los expresionistas abstractos norteamericanos, según destaca la fundación en un comunicado.
En la tercera sección, 'Mujeres, pájaros, estrellas', se pueden observar los motivos principales de la obra del artista catalán, pero renovados, que utilizó como un pretexto para estudiar sobre la propia pintura y la gestualidad.
Una galería de monstruos se centra en "las cabezas" de los últimos años bajo el título 'Personages', mientras que la última sección, 'Desafío a la pintura', muestra un conjunto de pinturas en las que los materiales de deshecho, las tablillas, las resinas y los pegotes de pintura se convierten en protagonistas.