La selección, que se podrá visitar en la Galería 7 hasta el próximo 18 de junio, supone una primera colaboración --"y seguro que no la última"-- entre el IVAM y la Fundación Serralves de Oporto (Portugal), ha destacado el director del museo valenciano, José Miguel G. Cortés, que ha presentado la exposición en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por la los comisarios del proyecto, Marta Moreira de Almeida y João Ribas, y con la directora de la fundación lusa, Suzanne Cotter.
'Corpus' reúne un total de 52 obras --entre pinturas, fotografías, vídeos y dibujos- realizados por Helena Almeida (Lisboa, 1934) desde los años sesenta hasta la actualidad. Este marco cronológico explica el tránsito de la artista desde unos inicios tradicionales en la pintura hasta encontrar un discurso "singular" que fusiona diversas disciplinas con el cuerpo femenino.
Y es que el cuerpo de Almeida es el protagonista de la exposición como una reivindicación de la mujer como "sujeto activo" del arte, ha aseverado Cortés. La muestra se abre con un espacio que revela cómo Almeida sintió pronto el deseo de ir más allá del espacio pictórico y narrativo habitual. Esto se traduce en una serie de lienzos sin título fechados entre los años 1968 y 1969 que se enrollan, despliegan o se convierten en prendas de ropa.
La autora comenzó a cultivar además la fotografía, un género que en ese momento "no era considerado aún una forma artística y mucho menos en manos de una mujer", ha comentado João Ribas. Hacia la mitad de la década de los setenta, Almeida empezó a utilizar los materiales como extensiones de su propio cuerpo y se hace fotografiar durante el proceso. En 1969, es retratada por primera vez por su marido, el arquitecto Artur Rosa, quien ha colaborado con ella a lo largo de toda su carrera.
El cuerpo de Almeida se transforma de este modo y a la vez en forma escultórica, espacio, objeto y sujeto, significante y significado. Esta doble condicións e aprecia claramente en una de sus series más conocidas, 'Pinturas Habitadas', en las que Almeida ocupa al mismo tiempo de la artista y de la modelo en imágenes donde el blanco y negro contrastan con un azul klein que alude a la simbología de las vírgenes y a la profundidad de ese tono, ha apuntado el comisario.
Hacia finales de los setenta, la producción de Almeida adquiere un carácter más cinematográfico, como en la serie 'Ouve-me' (Escúchame, 1978-80) de una gran vigencia y modernidad, ya que exhibía imágenes de la mujer que habían estado ocultas hasta ese momento a la mirada occidental.
TAMAÑO REAL
Entre los ochenta y los noventa, la creadora introdujo un cambio en el formato y al escala de la figura humana en sus trabajos, casi a tamaño real, reduciendo sus movimientos y su expresión a un contorno negro o a una sombra, como en los dibujos y las fotografías de la serie 'Dentro de mim (Dentro de mí, 1995-1998), que se expone entera por primera vez en el IVAM al poder ofrecer una pared lo suficientemente larga.
Ya en el siglo XX, Almeida continúa la exploración de su carácter expresivo y de la manifestación física del deseo y la interioridad en propuestas como 'Seduzir (Seducir), 2001-2002), mostrando un cuerpo de mujer madura, algo poco frecuente en el arte contemporáneo.
Junto a las obras, la exposición exhibe unas vitrinas que dan cuenta del proceso nada inmediato ni casual que sigue la artista. Se trata de dibujos preparatorios en los que plasma las ideas que luego desarrolla con movimientos y formas en el estudio casi de un modo performativo hasta lograr el resultado final.