En esta ocasión la hija de Bertín Osborne acudió al desfile de la nueva colección del diseñador Fernando Claro y reconoció que las dos prendas que no pueden faltar en su armario son un pantalón negro y una blusa blanca. En cuanto al enfado entre su padre y Arévalo, aseguró que todo había sido un malentendido y que tenía que arreglarse. Disfrutando al máximo de su nueva casa, Eugenia comentó que la mudanza y la obra habían sido toda una odisea y es que no todo salió como lo tenían planeado.
CHANCE: ¿Cómo está tu padre tras la muerte chiquito?
Eugenia Osborne: Con mucha pena, la verdad, pero bueno mira tenía 85 años ya, los últimos años de su vida fueron muy buenos y los disfrutó así que bueno, alegre por eso. Es una pena.
CH: ¿Te has cambiado de casa, como es esa nueva vida?
E.O: Ha sido bastante traumático, la experiencia de la obra porque ha sido como la de El Escorial, ha tardado como un año y ha sido tremendo pero ya por fin terminando poquito a poco las cosas, poniendo muebles, moviendo las cosas y bien. Muy contentos.
CH: ¿Ya no te quieres dedicar al interiorismo?
E.O: No, la verdad es que he tenido a una prima mía que es arquitecto y me ha ayudado en todo, pero ha sido duro.
CH: ¿Cómo la película de esta casa es una ruina?
E.O: Totalmente y todavía siguen las cosas, espero que no tenga que volver a abrir una pared otra vez.
EUGENIA OSBORNE: "HA SIDO UN ENFADO TONTO QUE BUENO SE TENÍA QUE ARREGLAR"
CH: ¿Pero qué ha pasado?
E.O: Ha sido un poco de todo, una mezcla, me decía el arquitecto te ha pasado de todo, que si una gotera que no terminaban de arreglar, pero bueno por fin se arregló casi todo y estamos todos viviendo.
CH: ¿Qué tal Bertín con Arévalo, tú feliz de que lo hayan arreglado?
E.O: Sí y él también, son amigos de toda la vida y ha sido un enfado tonto que bueno se tenía que arreglar, qué mejor momento que la Navidad, hay que arreglar todos los problemas.
CH: Seguramente Arévalo no subió esa foto a propósito.
E.O: No, no creo, lo dudo mucho, hay que pensar bien de la gente, sino qué vida más horrible. No lo haría con mala intención, ha sido un enfado tonto al final y ya está.