Según informa la institución, la restauradora del Real Jardín Botánico (RJB), Gloria Pérez de Rada, fue quien solicitó en 2014 al IPCE la limpieza de esta obra, dado que como consecuencia de los depósitos de suciedad acumulada en su superficie se detectaron agentes de biodeterioro que estaban atacando a la obra. María Elena García Martínez, del Instituto del Patrimonio Cultural de España, será quien lleve a cabo la restauración.
La obra está realizada en piedra y mármol, tiene casi tres metros de largo y poco menos de dos metros y medio de alto, y a juicio de algunos especialistas, su estilo se acerca mucho al Art Decó, que se impondrá desde 1925 y sería, por tanto, un avance del mismo.
Durante su restauración, que se prevé se prolongue hasta finales de septiembre, la Glorieta de los Tilos situada junto a los Invernaderos del Jardín, donde se encuentra la escultura, puede permanecer cerrada algunos días por esta circunstancia.
Frederic Marès (1893-1991) fue un polifacético artista, con una obra escultórica basada, principalmente, en el modernismo, con ciertas semblanzas góticas, sobre todo en su escultura religiosa. Alumno brillante bajo la tutela del escultor Manuel Fuxá, que fue su maestro, obtuvo su primer premio de escultura con sólo 16 años, aunque el primer reconocimiento nacional le llegó, precisamente, con la obra que alberga el Real Jardín Botánico, el máximo galardón del Concurso Nacional de Escultura de 1923, premiado con 15.000 pesetas de la época.
Dos años más tarde, en 1925, realizó su primera exposición individual en Barcelona, ciudad que en 1962 abría su museo con la colección donada a la capital catalana por el escultor. Además, algunas de sus obras más importantes, muchas de ellas vinculadas con el arte sacro, se pueden ver en ciudades como Zaragoza, Palma de Mallorca, Girona, Menorca, Elche o en países como Puerto Rico. Marès está en posesión de distinciones como la Gran Cruz de la Obra Civil de Alfonso X El Sabio (1951) o el Premio Nacional de Bellas Artes (1983).