Boo y Pistol, los perros de Johnny Depp, ya están rumbo a Estado Unidos. El actor se ha visto envuelto en la polémica al haber introducido en Australia a sus dos yorkshire terriers de forma ilegal. Deep voló en un avión privado y no declaró a las autoridades que viajaba con sus mascotas. Al conocer el caso el ministerio de Agricultura se personó en la casa del actor para hacerle saber que contaba con 48 horas para devolver a EEUU a los perros, si no serían sacrificados. El plazo acabaría este sábado pero el actor no ha querido porner en peligro a Boo y Pistol.
Las mascotas fueran descubiertas al llevarlas a una peluqiería cercana a la mansión en la que el actor de Piratas del Caribe está residiendo durante el rodaje de la película.