Arranca la selectividad en Madrid y La Rioja

Cuatro 06/06/2011 10:17

Los alumnos, que ya han realizado la preinscripción para las pruebas de acceso a la universidad, optarán a las más de 43.500 plazas que se ofrecerán en la Comunidad de Madrid en el curso 2011-2012. Estas plazas se ofertan también para alumnos de otras regiones, titulados y estudiantes procedentes de FP.

Así, la Universidad Complutense de Madrid es la que más alumnos acoge, con más de 10.000; en la Universidad Autónoma de Madrid se examinarán 8.062 estudiantes; en la Universidad de Alcalá de Henares, un total de 3.508; en la Rey Juan Carlos, un total de 2.437; en la Politécnica, 1.116. Los datos de la Carlos III están por cerrar pero se espera que sean unos 3.000, similar a la cifra del año pasado.

Para el próximo curso, con todas las titulaciones adaptadas al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) las universidades madrileñas ofrecen más de 43.500 plazas, lideradas por la Complutense, con 17.539 plazas; seguida de la Autónoma, con 6.535; la Carlos III, con más de 3.000; la Rey Juan Carlos, con 6.800; la Politécnica, con 5.890; y la Universidad de Alcalá, con 3.770 plazas.

Los madrileños, los segundos

Los alumnos de 2º de Bachillerato de la Comunidad de Madrid serán los segundos en realizar las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) para el curso 2011-2012, mientras que los catalanes, murcianos y canarios serán los últimos, el día 15. Los primeros alumnos en examinarse fueron los de Asturias, el pasado miércoles 1 de junio.

El anonimato de la prueba de acceso a estudios universitarios está garantizado a través de un sistema de códigos de barras que se utiliza para identificar las pruebas y que evita cualquier error en el procedimiento informático de las calificaciones. Este sistema es común para las seis universidades públicas del distrito único de Madrid.

La selectividad se divide en dos fases. La primera, la llamada 'fase general', que, igual que hasta ahora, el alumno se examinará de las materias comunes de segundo de Bachillerato -Lengua castellana, Literatura, Lengua extranjera, Historia o Filosofía y de la Lengua cooficial, en función de la comunidad autónoma-. Además, se une a esta prueba general un examen de una asignatura de modalidad elegida por cada estudiante.

La segunda fase, denominada 'específica', es voluntaria. Aquí, el alumno que quiera competir por una plaza en una titulación en la que prevé que haya más demanda que oferta, tendrá la oportunidad de mejorar su nota examinándose de cualquiera de las materias de modalidad de segundo de Bachillerato, que tiene que ser distinta a la elegida en la 'fase general'.

De esta manera, con la nota de la primera fase, un estudiante podrá acceder a cualquier carrera que tenga plazas, pero si de lo contrario éstas son insuficientes y hay más demanda que oferta, la admisión se hará como hasta ahora por orden de nota de admisión. Además, la nota que se obtenga en la fase específica voluntaria caducará a los dos años.

La nueva PAU se realizó por primera vez el año pasado y actualizaba un sistema que llevaba 20 años en vigor y que se adaptaba a los nuevos tiempos: al Espacio Europeo de Educación Superior, a la importancia de los idiomas y al aumento de la oferta de las universidades, entre otras cosas.