Pugna por ser almacén nuclear

CNN+/Cuatro 23/01/2010 13:24

Durante los dos últimos días, la localidad de Yebra (Guadalajara) ha sido noticia debido al interés que ha mostrado por albergar en su término territorial el almacén de residuos radiactivos. La número dos de la cúpula del PP, María Dolores de Cospedal, se ha mostrado disconforme con la decisión tomada por la localidad alcarreña. Ésta había amenazado con expedientar al alcalde pero el número tres, Javier Arenas, ha zanjado el asunto en Punto Radio: "La posición del PP es respetar la decisión del alcalde de Yebra, aunque no haya coincidido con el planteamiento general del partido en Castilla-La Mancha". Ahora Ascó entra en la partida con más consenso que la localidad manchega.

El debate está en los medios y en la calle. Pero, ¿dónde se almacenan en la actualidad los residuos radiactivos? La mayor parte de los residuos radiactivos que se generan en España son de muy baja, baja y media actividad, y proceden de los hospitales, los centros de investigación, la industria o de las propias centrales nucleares. En España todos esos materiales se guardan en el Almacén Centralizado de El Cabril, en Hornachuelos (Córdoba), que fue construido por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) sobre la base de una antigua mina de uranio en la que se almacenaban bidones radiactivos desde la década de los sesenta.

Para el resto, para los residuos de alta actividad (aquellos cuya actividad perdura durante cientos de años), el Gobierno construirá el Almacén Temporal Centralizado (ATC), que albergará los residuos radiactivos procedentes de las centrales nucleares, fundamentalmente el combustible gastado en esas instalaciones. Mientras, esos residuos de alta actividad están acumulados en las "piscinas" de las propias centrales, y temporalmente en Francia, aunque a partir del próximo año España deberá abonar al país vecino unos 60.000 euros diarios por el almacenaje de los mismos.

El Cabril, que actualmente emplea a unas trescientas personas de la comarca, comenzó a construirse en 1990 y comenzó su vida operativa en octubre de 1992. En el almacén de El Cabril, que ocupa unas veinte hectáreas en una finca de un millar de hectáreas y que está preparado para soportar movimientos sísmicos, se verifica la calidad de los residuos y posteriormente se tratan, se reducen y se inmovilizan.

Desde su construcción, el almacén guarda 28.218 metros cúbicos de residuos radiactivos (23.500 procedentes de las centrales, 2.500 de intervenciones especiales y 2.000 de la medicina nuclear), es decir que está al 59 por ciento de su capacidad. El futuro ATC, cuyo emplazamiento será decidido por el Gobierno en los próximos tres meses, podrá albergar 7.000 toneladas de combustible y residuos, y unos 1.900 metros cúbicos de restos procedentes del desmantelamiento de instalaciones nucleares.