Las calles de Francia se han vuelto a llenar de manifestantes para protestar contra la reforma de pensiones. A lo largo de la semana han sido numerosas las protestas en el país galo, incluso llegando a poner en peligro el abastecimiento de petróleo. Pero hay buenas noticias, ya que el oleoducto que abastece a los aeropuertos ha sido reabierto, y el peligro de desabastecimiento ah desparecido.
La jornada del sábado ha sido una de las peores. Los franceses salen a la calle pacíficamente, pero un grupo de jóvenes provoca varios disturbios callejeros que acaban con la intervención de la Policía. Cerca de la Bastilla los agentes cargan contra ellos. Este sector es uno de los más contarios a la reforma, porque aseguran que así todavía será más difícil para ellos encontrar un trabajo.
Los sindicatos no quieren rendirse, porque aseguran que si siguen protestando y paralizan el país quizás el Gobierno de Sarkozy de marcha atrás. El miércoles se votará en el Senado el polémico proyecto sobre pensiones. El punto más criticado es la ampliación de la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años.