El cadáver, ha sido hallado a 30 metros de la entrada de la cueva y a 6,5 metros de profundidad, en una zona de la cueva no cartografiada y no explorada, por lo que ayer no pudo ser localizado.
Además, la zona donde fue encontrado es de las mas peligrosas de esta cueva, ya que las burbujas de las botellas de oxígeno provocan el desprendimiento de barro del techo de la cueva, haciendo imposible la visibilidad, incluso de los propios relojes de los submarinistas, ha agregado la fuente.
En las tareas de búsqueda han trabajado treinta efectivos de la Guardia Civil, veinte de ellos del GEAS de Cartagena y 10 del GEAS nacional, así como diez efectivos de seguridad ciudadana.
La primera inmersión que se efectuó a la cueva, según la misma fuente, fue de carácter urgente y con el apoyo de buceadores profesionales de la zona que conocían esta cueva extremadamente peligrosa.
Fuentes de la Delegación indicaron que los responsables del GEAS consideraron conveniente clausurar esta cueva para que no pudieran entrar, como hasta ahora estaba ocurriendo, equipos de buceadores que están aprendiendo, ya que en los últimos años son tres las vidas que se ha cobrado.