Grecia se paraliza por la huelga general convocada por los sindicatos en las principales ciudades del país contra el programa de austeridad del gobierno socialista.
Este programa afecta a los sueldos de los trabajadores, a la futura reforma de las pensiones y a los convenios colectivos. También protestan contra la presión que la UE está ejerciendo sobre el país.
Para tanto el sector público como el privado y no hay transporte ni por tierra, ni por mar ni por aire. Los hospitales sólo mantienen los servicios de emergencia y los colegios y universidades no han abierto sus puertas.
La promesa del Gobierno
El gobierno de Papandreu se ha comprometido en reducir en un 4 por ciento su déficit público que alcanza el 12,7 por ciento del PIB. Además, está tratando de luchar políticamente para mejorar la credibilidad del país que se ha visto atacado en los mercados internacionales y en la eurozona.
Esta huelga se produce justo en el momento en el que se encuentran en Atenas expertos de la UE, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional para vigilar la aplicación del plan de austeridad del Gobierno.