El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha certificado este viernes la ruptura del diálogo social entre Gobierno, sindicatos y la patronal CEOE, y ha asegurado que el Ejecutivo "da por zanjado" el proceso tras la última reunión que acabó sin acuerdo.
A la hora de repartir culpas, Corbacho no ha dudado en cargar contra la CEOE, a la que ha acusado de haber mantenido unas condiciones "inasumibles", tanto en términos presupuestarios como por la "vulneración" de los derechos de los trabajadores en la que se podía incurrir si se aceptaban algunos de sus planteamientos.
Por otra parte, el titular de Trabajo del Gobierno ha elogiado la actitud de los sindicatos durante todos los meses de negociación. "Sin abdicar de sus exigencias, han ejercido una gran responsabilidad y alta moderación", ha asegurado. Además ha añadido que a partir de ahora será el Gobierno el encargado de tomar las medidas que considere oportunas y que prevé aprobar en el Consejo de Ministros del 13 de agosto.
Enfadado con la CEOE
Ya tras el Consejo de Ministros, el presidente del Gobierno con tono serio y agresivo y sin ocultar su "decepción" con la CEOE "porque era el momento de arrimar el hombro", ha anunciado que ante el Ejecutivo tomará medidas ante el bloqueo del diálogo social.
El presidente del Gobierno ha hecho este anuncio después de analizar la situación por la que atraviesa el Diálogo Social, y ha considerado que el máximo dirigente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, se ha salido del "marco del acuerdo" con su propuesta sobre el diálogo social.
De hecho, Zapatero no ha dudado en afirma que "lo de la CEOE no es una propuesta para el diálogo, es una propuesta para el fin del mismo".