EL BARCELONA CONSIGUE LA "TRIPLE CORONA"

CNN+/Cuatro 28/05/2009 08:50

Roma se rindió ante el Fútbol Club Barcelona, o lo que es lo mismo, ante el fútbol en estado puro. El equipo azulgrana entra por la puerta grande en el Olimpo del balompié y accede al trono continental con una "triple corona" bajo el brazo.

Nadie puede discutir al Barcelona su superioridad en el fútbol europeo, son campeones de Liga, de Copa del Rey y ahora de la soñada Liga de Campeones, tras derrotar por 2 goles a 0 al Manchester United.

Los ingleses se presentaban a la cita como los vigentes campeones de Europa y con cuatro títulos logrados ya esta temporada, la Premier League, la Carling Cup (Copa de la Liga), la Community Shield (Supercopa inglesa) y el Mundial de clubes, pero el Barça no se arrugó y los convirtió en su nueva víctima de la temporada.

Todo hacía presagiar que se disputaría un partido con mayúsculas, de los que hacen época, con dos idearios muy bien definidos, los azulgrana con un fútbol de toque y los "diablos rojos" con un fútbol más directo. En definitiva, una auténtica batalla futbolística. Y con la banda sonora de la película 'Gladiator' de fondo, interpretada por el tenor italiano Andrea Bocelli, saltaron al césped del anfiteatro romano los 22 luchadores.

Un comienzo dubitativo

En los primeros minutos de partido, el Manchester United se adueñó del balón y, con Cristiano Ronaldo emulando al mismísimo gladiador Espartaco, quería apuntillar a su adversario por la vía rápida y dejarle tocado para toda la noche. El astro portugués se echó el equipo a la espalda y en ocho minutos ya había intentado perforar la portería de Víctor Valdés en tres ocasiones.

El Manchester tocaba la pelota con rapidez, creaba peligro, y terminaba en disparos a puerta todas sus jugadas. El miedo se apoderaba de la afición culé, que veía peligrar el tercer título de la temporada.

Pero en ese instante apareció el verdadero Barça, aquél que se ha visto todo el año. El Manchester no se había fijado que en el campo no había sólo gladiadores sino que entre ellos se encontraba el emperador de Fuentealbilla. Andrés Iniesta recogió el cuero en el medio del campo, dribló a cuántos adversarios le salían al paso y metió un balón en profundidad a Samuel Etoo, que recortó a Vidic dentro del área y batió a media altura al veterano Van der Sar.

El Barcelona despertaba, volvía el equipo matador de los últimos nueves meses, el que ha enamorado al mundo. Empezaba a mimar el balón, a cuidarlo y a divertirse. Retornaba el fútbol preciso, rápido y elegante, fiel al Cruyffismo que enseña Guardiola. El Barça bailaba al Manchester. Sus jugadores parecían una orquesta de violinistas, todos coordinados bajo la batuta de Xavi y con el guión bien aprendido.

Y en las gradas ya se respiraba, porque su equipo había carburado. Xavi ponía ritmo al balón y el Barça encontraba su estilo. Pep Guardiola, que consigue tres títulos en su primer año como entrenador profesional, advirtió en los días previos al partido que no perdonaría acabar el partido sin haber sido fieles a su estilo.

Tras el primer gol el Manchester se desvaneció, toda la ambición pareció ser un espejismo, y su quinta Copa de Europa se les fue rápidamente, como el agua que se escurre entre las manos, al conjunto inglés se les marchaba la Champions 2009.

La primera parte acabó con una aplastante superioridad azulgrana, con un Leo Messi inquietante y peligroso con sus constantes cambios de ritmo. El argentino imponía su juego electrizante.

El Barça condenó al Manchester

La segunda mitad arrancó con un Barça brillante, que recordaba al que venció en el estadio Santiago Bernabéu. El mediocampo azulgrana construía una jugada de peligro tras otra y se lanzaban en tromba hacia la portería del meta holandés.

En el minuto 48, Henry, gris durante todo el encuentro, dejó sentando a Ferdinand pero no logró batir a Van der Sar. Un minuto después, Silvinho, que suplió con notable al sancionado Abidal, profundizó por la banda izquierda del Barça y centro al segundo palo para que Etoo rematara desviado. Y en el minuto 52, Xavi aprovecha un lanzamiento directo para estrellar el balón contra la madera, tras una falta a Iniesta en el borde del área.

El Barça avisaba al Manchester, que apenas deleitaba a sus aficionados con unas pequeñas pinceladas, de que iba a por el partido. Xavi e Iniesta, muy vertical durante todo el encuentro, insistían en rematar la final. No querían sustos de última hora.

Y la insistencia tuvo su fruto, corría el minuto 70 de partido cuando Xavi, el mejor jugador de la pasada Eurocopa, centró desde la banda derecha para que Messi rematara de cabeza y enviara el balón al fondo de la red. Sin duda, era la final de Messi, tras perderse la de París en 2006 contra el Arsenal, y se notó cuando se agrandó ante las torres defensivas del Manchester.

Ahora sí, el Barcelona se veía campeón, Messi sonreía, el banquillo enloquecía y la grada azulgrana vibraba con su equipo, que un día más les ofrecía una inmensa alegría.

A partir de este momento, el fútbol sólo salía de las botas de los jugadores del Barça, ya que el Manchester se hundía en la impotencia y en la desesperación. Cristiano Ronaldo y Scholes personificaron este estado de ánimo con dos duras entradas a Puyol y a Sergio Busquets, respectivamente, que acabaron el partido con dolencias pero felices.

El Barcelona completa una temporada histórica al lograr un "triplete" al alcance de muy pocos clubes europeos. Por tanto, entra en un selecto club con equipos tan importantes como el Celtic de Glasgow, el Ajax de Amsterdam, liderado en el campo por Johan Cruyff, el PSV Eindhoven y el propio Manchester United. El Barça se coronó en Roma.