'Conexión Samanta' descubre los secretos de los millonarios rusos afincados en España

cuatro.com 11/12/2013 01:45

Alex Smirnov, un empresario que sigue abriendo mercado

La primera toma de contacto entre Alex Smirnov y Samanta se produce en uno de los mejores áticos de Puerto Banús. La empresa de Alex ha diseñado y reformado un piso de seis habitaciones, dos salones, cinco baños, y dos terrazas para un cliente ruso: "Los empresarios, los políticos en Rusia quieren tener su pequeño Kremlin". Alex lleva desde 1997 en España, y como muchos rusos afincados en Marbella, están en nuestro país por el clima, la comida, y la seguridad. Entre los negocios de este empresario se encuentra una empresa de construcción y decoración, una inmobiliaria, y un centro deportivo.

Samanta se monta en un Bentley, uno de los seis coches de lujo que tiene este empresario, y descubre los primeros trabajos de Alex en Marbella: en una tienda de muebles, y ejerciendo de traductor. Si ha conseguido progresar económicamente es "gracias a la clientela rusa". Alex no ha notado la crisis, y de ahí que quiera seguir abriendo mercado. Su último negocio: un centro de estética.

Jaime Acevedo organiza una fiesta de alto standing

Jaime Acevedo ha sido fotógrafo de moda, y hace un año abrió la revista 'Tot en Rus', una revista para rusos que promociona productos españoles . Es el encargado de organizar una fiesta de alto standing para inaugurar la tienda Alfredo Villalba, y así dar a conocer todos sus productos al público ruso. El diseñador les ve como "un público que le gusta el lujo, la exclusividad, y va un poco con lo que nosotros hacemos". La socia de Jaime cuenta que la misma tienda de Alfredo Villalba en Rusia, costaría el doble o el triple, "por eso las rusas siempre volvemos a Rusica con muchas compras".

Igor Zaleev no necesita los negocios para vivir

Este empresario ruso llegó a Marbella en 1997 y su primer negocio fue una empresa de telecomunicaciones. Ahora ha prosperado, y tiene una inmobiliaria: "los rusos siguen viniendo, quieren comprar propiedades porque ahora es barato en España". Una vez que Samanta se adentra en la casa de Igor, descubrimos el lujo de su interior, y conocemos a su novia, Yamaia, una diseñadora que da fe de lo mucho que los rusos aman los negocios.

Samanta acompaña al empresario a su nueva inmobiliaria, Russmar Consulting. Es aquí donde descubrimos las dificultades que existen en Rusia cuando eres un hombre de negocios: "Es difícil de explicar. Si alguna gente se entera de que tus negocios tienen éxito, es posible que tengas algún problema". Acciones, o parte del dinero es lo que solicitan, y "es gente poderosa, no puedes decir que no".

Después de llenar el estómago, y compartir champagne con vistas al mar, Samanta acompaña a Igor a la segunda propiedad que tiene a su nombre, y que quiere alquilar. Durante el camino, el empresario le explica el éxito de los rusos, que no es otro que buscar oportunidades . Igor lo tiene claro: "En Rusia tenemos todo, petróleo, gas, diamantes. Somos ricos". Además, asegura que es fácil tener una hipoteca, "dices de dónde viene el dinero, enseñas tus negocios en Rusia, tus ingresos..". Él nunca se ha dedicado al blanqueo de dinero, pero sí gente que conoce.

Antes de llegar a casa, ha pensado en sorprender a su novia, y qué mejor que hacerlo que con una joya. El regalo más caro que ha llegado a hacer este empresario es un reloj, valorado en 25.000 euros. Igor ha conseguido sorprender a Yamaia con un exclusivo anillo, y tras la pregunta de Samanta sobre cómo se ve dentro de unos años, asegura que "bendecidos y prósperos en la isla a la que nos mudaremos de nuestra propiedad".

Elena Semenova y Yul Hanches, una representante de artistas rusos y un pintor

No son millonarios, pero creen que van a llegar a serlo. "Si vendemos los pisos que tenemos a nuestro nombre, somos millonarios, llegamos justo a seis ceros". Así se presenta esta pareja de rusos, afincados en Marbella, y que decoran los pantalones vaqueros "mejor que Dolce&Gabbana". Descubrimos el tipo de cuadros que pinta Yul, el tipo de gente que pide un retrato, y lo que les atrae de su arte: "la exclusividad". Sus cuadros rondan los 10.000 euros, y al año vende mínimo diez. Yul sostiene que "le he dado a Marbella más de lo que ella me ha dado a mí".

Durante el trayecto hasta Puerto Banús, donde se reunirán con Alex Smirnov para pasar una tarde en barco, Elena desmiente alguno de los tópicos rusos: no todos son mafiosos o del KGB, no siempre hay nieve en Rusia, y no todos vienen a España a blanquear dinero. Eso sí, confiesa que el dinero es muy importante, y se sentiría orgullosa de que su nombre apareciera en la lista Forbes.

Después de que Alex mostrara su yate, y de pasar una tarde en barco, llega el día de la esperada fiesta: la inauguración de la tienda de Alfredo Villalba. Una vez más, vemos por qué la clientela rusa es una de las mejores a la hora de comprar, y a la hora de pagar. Elena, Yul y Alex lo tienen claro: "Nuestro futuro está en España, el paraíso".