Especial Callejeros: Obra Nueva

cuatro.com 21/04/2009 11:57

Las cifras oficiales indican una caída del 30 por ciento en las ventas; en la calle se habla de mucho más. En la costa del sol, en Málaga, una vendedora de pisos de una inmobiliaria señala sin esperanza un cartel de venta de viviendas. "Mira, se está poniendo amarillo y todo".

La quiebra de constructoras ha dejado a miles de compradores en el limbo. "Mira, desde esa torre alta se tiró hace poco un constructor agobiado por las deudas. Y como esto no lo remedie nadie, no será el primero", cuenta un hombre que ha visto cómo su negocio inmobiliario se va a la deriva. El caso de la gestora Bitango en Madrid afecta a cinco mil familias. A las puertas de un juzgado de Madrid, el "responsable" de este fraude, es abucheado por decenas de familias que ya no tienen paciencia. "¡Quiero mi casa, donde está mi casa!", chilla fuera de si por la ventanilla del vehículo del constructor una mujer que llora desconsoladamente. Ciertas noches, y desde hace mucho tiempo, deja a sus hijos con los abuelos para acampar delante de lo que debería ser su vivienda.

La caída en las ventas se refleja en toda España. No hay ni un rincón ni un sector donde no se note la crisis. El año pasado se concedieron 835.000 créditos, un 30 por ciento menos que en el 2007. La falta de liquidez ha paralizado la vida de compradores y vendedores. La morosidad en los créditos hipotecarios ha alcanzado un 3,3 por ciento. Los bancos tienen en su poder miles de viviendas nuevas que hoy por hoy no están a la venta. En muchos casos la crisis se está utilizando para no cumplir los plazos de entrega de la obra. Miles de ciudadanos esperan su casa desde hace años... "Lo que en principio era un sueño se ha convertido en una pesadilla", cuenta una pareja joven delante de su chalet adosado a las afueras de Málaga. Por fuera, parece lo que no es. "Se te cae el alma a los pies cuando entras y la ves abandonada, sin rematar, cuenta". Un sueño de compartir una vida en pareja, una hipoteca, una familia... El constructor desapareció en su día sin dejar rastro. Ellos, aún hoy tienen que entrar en la urbanización como si fueran unos ladrones, para poder ver la que pudo ser y nunca sabrán si será su casa.