Callejeros: Monumentos con interés

CUATRO 17/03/2011 11:39

El programa mostrará su lado más turístico y también el más oscuro y desconocido.

La Puerta del Sol, en Madrid, también es conocida como el Kilómetro Cero de España. Allí está ubicado el reloj de la Real Casa de Correos, donde todos los años, en la noche del 31 de diciembre, suenan las doce campanadas de Nochevieja y además, en uno de sus extremos está uno de los monumentos más simbólicos y castizos de Madrid: El Oso y el Madroño. Pero este punto neurálgico de la capital, conocido tanto dentro como fuera de nuestro país, también ofrece otra cara, otra realidad mucho más dura, que tiene a una treintena de jóvenes inmigrantes como protagonistas. A plena luz del día chavales de origen marroquí y rumano ejercen la prostitución ante la mirada atónita de los miles de transeúntes que pasan por la Plaza. Los comerciantes se quejan de la impunidad de esta actividad que tiene como clientes a hombres maduros e incluso jubilados. Uno de estos jóvenes chaperos, que lleva 8 años ejerciendo la prostitución aquí confiesa: "cobro 80 euros la hora y al mes puedo sacar más de doscientos". Los contactos se suelen hacer entorno al Oso y el Madroño y después "nos marchamos a un hostal o a la casa del cliente".

La Plaza de Cataluña, en Barcelona, con una extensión de 30.000 metros cuadrados, es la tercera plaza más grande de España. Aquí se dan cita a diario miles de turistas que se han convertido en objetivo prioritario de las mujeres rumanas que han tomado este enclave de las principales arterias de la ciudad condal. Callejeros acompañará a la Guardia Urbana de Barcelona durante la detención de un carterista que había robado a unos turistas italianos el teléfono móvil y la cartera con 120 euros en su interior. El joven detenido llevaba oculto el dinero en un fondo en el bajo del pantalón. Por la noche, La Plaza de Cataluña se transforma en otro escenario que tiene a los menores también como protagonistas: esta vez son menores marroquíes que esnifan pegamento en plena calle mientras un gran número de inmigrantes venden alcohol ilegalmente en la vía pública.

La Plaza Mayor, en Madrid, tiene su origen en el siglo XV, y con la impresionante escultura ecuestre de Felipe III en su centro, se ha convertido en uno de los principales puntos de atracción turística de la ciudad. Sin embargo, vecinos y comerciantes denuncian la proliferación de carteristas que actúan contra los extranjeros que visitan la zona. Callejeros ha sido testigo de cómo a un turista de origen chino le robaban la cartera con mil euros en su interior. Un vecino dice "la Policía sabe quiénes son, pero no pueden hacer nada".

Torre del Oro, en Sevilla. Situada al margen izquierdo del río Guadalquivir, fue declarada monumento histórico-artístico en 1931. Desde hace años una mujer vive bajo este edificio que a diario es fotografiado por miles de turistas y que se ha convertido en uno de los emblemas de la capital andaluza. Esta mujer ha montado, incluso, aquí su cocina y su cama a la vista de todo el mundo donde además ejerce la mendicidad.

Parque del Buen Retiro de Madrid. Joya del patrimonio artístico-natural de Madrid es el principal pulmón verde de la capital de España. Es un lugar frecuentado por familias con niños, deportistas y una visita obligada para todos aquellos turistas que visitan la ciudad. Durante todo el día, pero especialmente al caer la tarde, se convierte en el lugar preferido por las redes organizadas de camellos, de origen africano, para vender hachís. Mujeres de etnia gitana abordan a los turistas para que les compren romero a 10 euros. El top manta también ha llegado al parque madrileño.

Plaza de Toros de Las Ventas, en Madrid. El principal coso taurino del mundo y donde todos los años se instala además la carpa de un circo muy familiar, al llegar la noche se convierte también en el escenario de otra actividad llamada cruising donde hombres de todo tipo frecuentan el parking de automóviles en busca de contactos sexuales. Tanto dentro como fuera de los coches.

Monumentos con interés es un reportaje de Alejandra Andrade.