“Es muy difícil ejercer de prostituta a partir de los cincuenta”. Esto es algo en lo que coinciden la mayoría de las protagonistas de este reportaje, quienes incluso rebajan la edad a los cuarenta años. Todas encuentran problemas a la hora de mantenerse en este negocio.
Pilar tiene 62 años y vive en Valencia donde ejerce la prostitución desde hace más de treinta años: "Gracias a la gran experiencia que tengo y sobre todo por hacer un buen trabajo en la cama”, dice, mientras confiesa que tiene un novio mucho más joven que ella.
Loli tiene 52 años y sigue en la profesión gracias, según dice, “a que hago mucho sexo y soy muy positiva”. Y añade: “Por eso también tengo novio”.
Alejandra trabaja en la Plaza de Benavente de Madrid, junto a la Puerta del Sol: “Llevo 30 años ejerciendo de prostituta en la calle”. Bernardina también trabaja aquí: “Cobro diez euros por mis servicios”, señala. Y duerme todas las noches sobre cartones en la Plaza Mayor.
'Madame Débora', como le gusta llamarse a la profesional más veterana de la Alameda de Hércules en Sevilla confiesa: “Soy transexual y en mi juventud fui paracaidista”.
Mercedes, con 60 años, vive en A Coruña y presume de su tarifa: "Me pagan hasta 15 euros por servicio". Los vecinos de la zona aseguran que es una gran trabajadora: "Está en la calle todos los días desde las ocho y media hasta las doce de la noche". Su amiga Lola tiene 65 años y asegura tener muy claras las ideas: "Esta profesión me gusta mucho, por eso me metí a puta".
Ramona es su verdadero nombre, pero todo el mundo la conoce como, Mónica del Rabal. Y nos cuenta: "Vivo en Barcelona y ejerzo la prostitución desde que tenía 17 años. Ahora tengo casi cincuenta y los clientes de hoy en día regatean hasta el precio".
'Señora prostituta', es un reportaje de Carlos Cachafeiro.