Callejeros Viajeros: Berlín

cuatro.com 03/11/2009 11:14

Uli Gross vivió de pequeño la presión y el aislamiento que sufrió su familia tras el levantamiento del muro de Berlín. Cada vez que iba al dentista y veía por la ventana la otra parte de la ciudad, soñaba con cómo podría echar abajo el muro. "Mira, aquí en el décimo piso vivía un general de la Stassi- la policía secreta de la antigua RDA-", confiesa mientras sube en el ascensor a casa de sus padres. Vivían en pisos altos para controlar a todo el vecindario desde arriba. Sus padres recuerdan emocionados el día en que cayó el muro y todos fueron una sola ciudad. "Lo primero que hicimos fue apuntarnos a un viaje que organizaba el estado para ver el otro lado de la ciudad", cuenta la madre de Uli.

Hoy todo ha cambiado. "Cuando vives en ella, te da pena que otros no puedan vivir aquí", cuenta Ramiro Villapadierna, corresponsal de Diario ABC en Berlín desde hace casi una década. Desde un hotel temático capaz de albergar a los huéspedes en jaulas, hasta una visita a las afueras al maravilloso palacio de San Soussi, pasando por un refugio antiaéreo que puede visitar cualquier ciudadano. Todo es posible en Berlín, donde ocupas, literatos, músicos y jóvenes estudiantes viven la ciudad las 24 horas del día. "Este señor saca su micrófono y monta aquí un enorme karaoke", cuenta Isabel, momentos antes de que cientos de personas se sienten a escuchar a los espontáneos en el Mauer Park de Berlín, uno de los pulmones de la ciudad, donde la magia en directo se produce todos los domingos por la mañana.

En Berlín viven Luis Miguélez y Juan Tormento, dos artistas que compartieron la época de la movida madrileña con Pedro Almodóvar, Alaska y compañía. Hoy, triunfan en Alemania con su grupo Glitter Klinic. "Aquí puedes salir a la calle con una mierda en la cabeza y nadie te dirá nada", confiesa Juan, extremeño de nacimiento y berlinés de adopción. "Esto es Berlín", cuenta Luis mientras sube las escaleras de una casa en Friedrichschain, uno de los barrios más "cool" de la ciudad. En una esquina, reposa un sofá de colores, que en unos pocos minutos desaparecerá con destino a otro vecino. En esta ciudad todo se recicla y reutiliza.

Israel Balderas es mexicano y vive en Lichtenberg, uno de los últimos reductos nazis de la ciudad. "La primera vez que vine, aquí se leía un mensaje de apoyo a Hitler", cuenta entre susurros y sin dejar de mirar a los lados ante la posibilidad de ser escuchado por algún simpatizante del régimen nacionalsocialista. En Alemania, es ilegal portar cualquier emblema que recuerde a esa época.

En Berlín hay dos torres, la de televisión, que mide 365 metros, y Gloria Viagra, que tiene la estatura de un jugador de baloncesto, 220 centímetros. Pasear junto a ella por las calles de la ciudad es un auténtico espectáculo. "Mira, llego a la altura de sus tetas", cuenta una berlinesa fascinada por la talla de Gloria.

Prentzlauer Berg es el barrio con mayor índice de natalidad de Europa, casi dos niños y medio por habitante. Allí trabaja en una guardería el madrileño Ernesto. Va todos los días en bici, vive en un estupendo piso compartido- el 87% de los habitantes de Berlín viven de alquiler- y no echa de menos nada de su país. "¿Que dónde está el truco? No hay truco, recomiendo a todo el mundo que se venga a vivir aquí", cuenta con entusiasmo.

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