Zinedine Zidane vivió como si fuese el jugador número doce el partido de vuelta entre el Real Madrid y el Wolfsburgo. El entrenador no paró de dar órdenes desde el banquillo y la intensidad fue subiendo con el paso de los minutos.
Los dos goles de Cristiano Ronaldo que empataron la eliminatoria tranquilizó un poco al Zizou hasta que el delantero portugués le llevó al éxtasis. El tercer gol de Cristiano, la tensión de los minutos finales y un Bernabéu apretando hicieron que el pantalón de ZZ dijese basta.
Zidane terminó el partido con un visible agujero en la parte trasera de la pierna derecha de su traje. El entrenador acabó el partido así embargado por la emoción de ganar su primera gran batalla con el Real Madrid en Europa.