El fanatismo de los aficionados ultra no para de sorprendernos. Dos pequeños grupos de aficionados del Dínamo de Zagreb viajaron hasta Sevilla para presenciar el partido de la Champions en el Sánchez Pizjuán. El club los colocó en la parte alta del estadio, destinada a las aficiones rivales. Hasta aquí todo normal.
En la previa del partido vimos como los radicales la armaban en el centro de Sevilla. Con varias detenciones las alarmas saltaron al constatar en los arrestos que las peleas y la violencia desplegada era entre dos grupos de 'aficionados' croatas del mismo equipo.
La imagen más surrealista llegó a la hora del partido. Un cordón de la Policía, con apoyo de los miembros de seguridad, tuvo que separar durante todo el partido a los aficionados del mismo equipo para que no pegasen.
Venir de Croacia a Sevilla para ver al Dínamo y pegarse con los aficionados de tu mismo club, los que defienden tus mismos colores, un fanatismo que solo entra en el 'cerebro' de los ultras que empañan de violencia el fútbol.