Marketing es marketing, que diría aquel, y la cosa promocional tiene compromisos ineludibles más allá de la razón. Me explico. Nos vamos a Argentina donde estuvieron esta semana Rafa Nadal y Nole Djokovic para pegar cuatro raquetazos bien vistosos en el Perito Moreno y disfrutar de la amplia oferta ocio cultural de la capital argenta. El fútbol es parte fundamental de la misma y, ay amigos, con el fútbol y sus pasiones se han topado estos dos monstruos.
Nadal y Djokovic han querido quedar bien con todo el mundo y es muy posible que más de un hincha de los clubes a los que han declarado amor eterno se haya sentido traicionado. Todo comenzó cuando San Lorenzo de Almagro movió sus hilos para atraer a su causa santa a Djokovic. El serbio se dejó querer por la institución que conmueve al Papa Francisco I y cuando quiso darse cuenta estaba con la camiseta azulgrana y el carnet de socio en sus manos.
Quizá por no ser menos que su rival este año, nuestro Rafa reaccionó y se puso manos a la obra para remontar. ¡Vamos Rafa! El manacorí lleva toda una vida declarándole amor eterno a Estudiantes de la Plata, equipo de lucha y garra que representa de forma bastante fidedigna sus virtudes sobre la pista. Fue tanto el cántaro a la fuente que al final el equipo rojiblanco le convirtió en socio ilustre y, por supuesto, le vistió con sus colores.
Os podéis imaginar el orgullo de los aficionados de San Lorenzo y Estudiantes por tener entre sus hinchas a dos de los mejores tenistas de la historia. Lo que muy pocos podrían esperarse es que, dos días más tarde, ambos cayeran rendidos al embrujo xeneize de Boca Juniors y decidieran olvidar, al menos por unas horas, sus pasiones futbolísiticas argentinas iniciales. Que si aquí poso con la bandera de Boca, que aquí si tiro unos penaltis, que si, que si… quilombo.
No es por librar del mal a Nadal pero en el caso de Djokovic sus fotos en La Bombonera tienen aún más delito, pues dejan mal, bastante mal, al club que primero tuvo el detalle y que en el momento se vanagloriaba así de su fichaje.
Con todo, que nadie se lleve las manos a la cabeza. Marketing es marketing y por la cosa promocional el más grande llegaría a vestir la camiseta del Gomas de Milán, si estuviera bien pagado, conste.