"Asombrarse de casi todo, vivir en el perpetuo asombro tiene sus problemas. Son tantas cosas, tantos los influjos hoy en día, tantas las noticias, las cosas que creo que tendrían un desarrollo increíble, que no tengo tiempo ni puedo. Tengo un deber con todos ustedes.
Uno de los temas que estoy pensando es una cosa curiosísima que ocurre cuando navegaba por internet. Os he explicado aquí que Internet no solo está modificando nuestro cerebro, también se comporta como un cerebro gigante. Las ideas y nuestra forma de búsqueda son muy parecidas a esa sinapsis neuronal, a esas desviaciones y autopistas que nos llevan en tres minutos a un lugar insospechado. Pero si se va a la internet creativa, a la internet luminosa, a la internet del conocimiento, que nada tiene que ver con la infrainternet que todos ustedes también conocen y que solo va a generar un impulso de los sentidos más básicos, más animales en el mal sentido, se encuentra uno con cosas sorprendentes.
Por ejemplo, hay un tipo muy singular que les recomiendo que se llama Aldo Narejos. Lo descubrí hace un tiempo. Es un gran músico con mucho talento artístico. Empezó a descubrir cosas en la música. Empezó a darse cuenta de que muchos de los éxitos que admiramos o aborrecemos en las discotecas, en la radio… estaban cortados por un mismo patrón y se puso a investigar más. Hacía una serie de composiciones y te dabas cuenta desde la absoluta ignorancia musical que estaban cortadas por el mismo patrón y la fórmula de composición era exactamente la misma, que no hay apenas variaciones".