En las puertas del infierno

Jesús Calleja 12/03/2012 12:38

Hoy hemos comenzado a equipar las paredes del cráter del Nyarogongo. Salimos desde 1900 metros de altura hasta los 3.470 m de altura de la cima del volcán. Hemos tenido suerte, hemos tenido buen tiempo y hemos llegado hasta el borde del volcán y ahí... ¡he visto la foto más impactante de mi vida!

Todos nos hemos quedado literalmente pasmados ante la belleza del lago de lava candente que burbujeaba varios cientos de metros debajo de nosotros.

Los vulcanólogos, Pedro y David, han visto los más impactantes volcanes del planeta, y David lloró de emoción ante el cráter del Nyarogongo. Imagináos, un lago de lava gigantesco, de unos 200 m de diámetro, lanzando chorros enormes hacia arriba constantemente...

Al asomarnos por el borde del cráter ya hemos visto que las paredes son muy escarpadas, y el material muy fragmentado; va a ser un rápel complicado: porque estas paredes no son firmes, son escoria, sedimentos que ha ido soltando el volcán. Visto esto, hemos trazado una estrategia con el equipo belga que equipará los primeros tramos con nosotros que consiste en ir equipando en zetas: un tramo, una zeta, otro tramo, otra zeta. Vamos a ir con sumo cuidado, extremando precauciones al máximo.

Hoy hemos alcanzado la primera de las tres terrazas que tiene el interior del cráter (formadas por las sucesivas erupciones del volcán) que está a unos 300, 350 metros de cuerda. La segunda, unos 150 metros más abajo y la tercera, que ya es el lago de lava. Hemos hecho un porteo muy pesado con la tienda, y todo el material. Y mañana, descenderemos hasta la segunda terraza con intención ya de dormir en ella.

El segundo de los rápeles que nos vamos a encontrar es muy volado: sales desde la lava, te cuelgas en el vacío durante 15, 20 metros hasta que vuelves a tocar pared. Y es como bajar hacia la boca del lobo, muy siniestro...!

Es siniestro, cautivador, hipnótico y a la vez muy inquietante, porque vamos a estar a 120 metros de lava a 1000 grados, con muchísimo calor, con los chorretones de lava que lanza el lago, las emisiones de dióxido de azufre, que nos obligará a estar la mayoría del tiempo con la máscara de gas puesta.. y son muchas horas expuestos a los gases. Pero la belleza del lugar y, sobre todo, las mediciones de gases que vamos a hacer, la utilidad de los datos que recabaremos bien lo merecen, amigos. Hemos decidido, por consenso, que no bajen los vulcanólogos, porque el rápel es demasiado complicado como para ser realizado por alguien sin experiencia (para nosotros va a ser uno de los más delicados que hemos hecho). Así que bajaremos los tres (Kike, Emilio y yo) y eso sí, estaremos permanentemente en comunicación con ellos. No daremos un paso en falso, vamos a ir muy despacito, no vamos a cometer errores.

Llevamos filtros suficientes en las máscaras de gas para aguantar muchas horas en caso de que la acumulación de gases sea excesiva; nos tranquiliza el hecho de que el cráter es muy grande, porque llevamos dos días observando este volcán y vemos que, aunque hay repentinas ráfagas de gas, de dióxido de azufre, también se ventila rápidamente.

Eso sí, estamos muy pendientes del tiempo, siguiendo a tope la meteo porque nuestro peor enemigo mañana es la lluvia: si llueve, es imposible salir del cráter porque se desmorona todo. Y mezclada con los gases que emanan del volcán, se convierte en una lluvia ácida que puede llegar a quemar la ropa. Una preocupación más que justificada teniendo en cuenta que ¡estamos en uno de los países que más llueve del mundo! (la selva de Congo es la segunda en importancia después del Amazonas).

Estamos listos para todo, para salir hacia arriba inmediatamente en caso de acumulación excesiva de gases, tenemos sensores que analizan y avisarán en caso de peligro, y tendremos comunicación con Pedro y David, los vulcanólogos.

Mañana dormiremos a 100 metros del lago de lava, amigos. Lava fósil, que procede de 50 kilómetros desde el interior de la Tierra. La más activa, sólo visible así en cuatro puntos del planeta. Seremos unos de las poquísimas expediciones científicas que han podido adentrarse en el interior de este volcán desde que en el 2009 el gobierno echara a la guerrilla de esta zona. Se sabe muy poco de él, y las mediciones que vamos a realizar ayudarán a esclarecer muchas incógnitas. ¡Allá vamos!