La mayor exclusiva de nuestra vida televisiva

cuatro 19/04/2010 14:05

“Amigos, no paran de sucedernos cosas… En la anterior crónica os decía que teníamos la fortuna de tener reservado un helicóptero, sin duda el bien más preciado por todas las cadenas televisivas del mundo.

Alquilar uno es una tarea casi imposible, pues sólo hay dos aparatos disponibles para uso civil. Una vez más, la suerte está de nuestro lado, y al ser rescatados (previo pago), les hemos caído en gracia al piloto y al dueño de los helicópteros. Les ha sorprendido nuestra osadía de la expedición que realizábamos en plena tormenta ártica, el no entrar en pánico en ningún momento, y les hacía gracia nuestras “pintas”. Lo normal es el buen porte que ha de tener un reportero de una cadena de televisión, y más si es la CNN o la BBC. Nosotros, con la mierda encima de una semana sin pasar por la ducha (estábamos en la expedición), barbas sin afeitar, mis pelos siempre anárquicos, y esa extraña ropa a sus ojos tan colorida y vistosa que Mammut nos proporciona, contrastábamos con los pantalones correctos y las camisas planchadas, en definitiva, éramos, por accidente, los reporteros mas atípicos que estaban cubriendo la noticia más explosiva del siglo. En fin, que estábamos de buen rollo, como siempre, a pesar que sólo horas antes nos jugamos la vida, y eso les hizo gracia.

Con estas premisas nos “ganamos” al piloto para que su jefe nos alquilara uno de los helicópteros, y este cedió. Resultado: tenemos vuelo para el día 16 de abril a las 20h. Antes lo harán los de la CNN, BBC, y otras cadenas televisivas de fama reconocida, pero ¡ojo!, Desafío Extremo de Cuatro TV, también está en ese pequeño grupo selecto con permiso de aviación civil y con carácter de informadores internacionales que se les autoriza a un vuelo junto al volcán en plena erupción. Amigos, ¡eso es una lotería!

Como todavía nos queda un día y medio para el vuelo, empezamos nuestro periplo de reporteros por la zona. Para ello conducimos la “furgona” por toda la zona afectada por el volcán. Ni por lo más remoto me imaginaba, que en este Desafío Extremo me convertiría en reportero de una noticia de alcance mundial.

Comenzamos por acercarnos a uno de los dos glaciares que reventaron, anegando la parte sur de Islandia. Tenemos que someter la “furgona” de Ramón al maltrato de las pistas de lava, pues las carreteras están cortadas, pero conseguimos alcanzar, después de mil dificultades, el punto exacto por donde se deslizó el “tsunami” de lodo, cenizas y sobre todo de hielo, que descendió por el interior del enorme glaciar a través de una lengua del mismo que llega a tierra.

Os recuerdo que el volcán, cuyo nombre es impronunciable, se encuentra debajo de 200 metros de hielo, y al entrar en erupción fundió en minutos toda la capa que tenia encima y, en pocas horas, el de los alrededores. El proceso de fusión masiva del hielo es constante, y eso equivale a una cantidad de agua desalojada, de repente, de tal magnitud, que en ocasiones es superior a uno de los cuatro ríos más caudalosos del mundo. En el glaciar vecino, cuando explota el Katla, el agua que funde en dos horas y se escapa por el interior del glaciar tiene el mismo volumen que los cuatro ríos más caudalosos del planeta.

Este es un fenómeno que se da en pocos lugares de la tierra, y en Islandia es donde más se producen. Así que imaginaros un glaciar que ha tardado miles de años en formarse, con hielo fósil, y que se derrite en cuestión de unas pocas horas; esto hace que se forme agua líquida en enormes lagos internos, se colapsen y salga al exterior un chorro de una magnitud indescriptible. Además se mezcla con cenizas, y otros materiales, y sobre todo el hielo azul -duro como piedras- del propio glaciar, y el resultado final es ese “tsunami” devastador que aniquila todo lo que se encuentra.

La huella de este fenómeno es la que fuimos a filmar, encontrándonos con destrozos brutales. La suerte es que este país está muy poco poblado, pero la zona sur de Islandia ha quedado aniquilada y da la sensación que han explotado varias bombas nucleares. Sólo hay ceniza, agua, lodo y devastación.

Encontramos millones de trozos de hielo azul dispersados por kilómetros de prados, era desconcertante ver rocas de hielo en cualquier lugar donde miraras en muchos kilómetros a la redonda. La fuerza de las riadas impredecibles es el mayor de los problemas en estas zonas, aunque más al sur hay que sumar que, en pleno mediodía, no entra ni un solo rayo de sol, es la negrura más absoluta.Las personas fueron rápidamente evacuadas, pero animales, casas, pertenencias, y terrenos, absolutamente destrozados. Estas lenguas de lodo devastador se produjeron en dos lugares diferentes, al Oeste y al Este del volcán.

Tenemos los permisos y autorizaciones, siempre asumiendo nuestra propia responsabilidad para acercarnos a tan solo ¡un kilómetro¡ por el Oeste, donde estamos a salvo de cenizas, pues los vientos predominantes soplan de Norte a Sur. Es increíble estar en la base del volcán que está paralizando el tráfico europeo, y filmar la devastación que se está produciendo.

Hay que estar atentos por si vemos otra oleada de lodo caer por el glaciar. Apenas tendremos cinco minutos para dar la vuelta y conducir a toda velocidad para ponernos a salvo en las partes más altas. Esto hay que hacerlo en pistas de lava muy farragosas, de ahí que siempre aparquemos la furgoneta preparada para una huida repentina. De hecho, se produjo una alarma que luego no fue nada, pero que nos puso en máxima alerta. Así pasamos estas horas filmando los destrozos, entrevistando a expertos, policía, protección civil, gentes locales, periodistas de otras cadenas de televisión, y en definitiva, cubriendo la noticia para nuestro programa Desafío Extremo. Este será un Especial, y generaremos la información que nuestra cadena y grupo de comunicación nos piden. Somos el único equipo de información español que hay sobre el terreno -y de los pocos del mundo- por lo que esta información es vital, y algunas de nuestras filmaciones son únicas y exclusivas.

La sorpresa nos llega cuando empieza a sonar el teléfono sin parar. Radios, prensa y televisión quieren información y nos vemos obligados en la noche a desplazarnos a la capital Reykiavik, para alquilar un satélite y enviar entrevistas en directo para los informativos de Cuatro, Las Mañanas de Cuatro, CNN+, Hormiguero, etc. Sin duda son las noticias más frescas de las que se dispone en España, y por si fuera poco, nuestro rescate ha tenido repercusión hasta en EEUU, y la cadena CNN americana de habla hispana, nos entrevista durante 16 minutos para todo Estados Unidos. Hemos sido los únicos testigos al otro lado del volcán. Ramón Larramendi, Emilio Valdés y yo hemos estado solos en la zona de los hielos y glaciares, y por descontado el piloto se colgó una bien merecida medalla por el rescate “in extremis”, pues es otra noticia a contar. Al día siguiente seguimos de nuevo al pie de la noticia en los puntos calientes. Volvemos al glaciar a ver cómo van las cosas y nos encontramos con que el glaciar gigante que ayer veíamos, casi ha desaparecido y nos dicen que a la hora de marcharnos se dispararon las alertas y una gigantesca ola de lodo, cenizas y hielo, devastó por completo lo que quedaba. Donde ayer había pistas y carreteras, hoy no hay nada. Donde había prados para el ganado, hoy cientos de toneladas de hielos amontonados y donde había postes de luz, teléfono o vallas, hoy ya no están. La orografía cambia por horas. Los expertos nos avisan que el volcán se hace más potente cada día. El glaciar está sufriendo una fusión masiva y las columnas de humo, ceniza, gases y otros materiales causan estragos en la zona y paralizan los vuelos en casi toda Europa.

Somos conscientes que muchos de los pueblos que se sitúan de este lado del volcán, están a salvo de momento, pero anuncian cambios del viento, y si sopla para este lado, también destruirá todo lo que encuentre. La población local está asustada y temen por su futuro y el de sus pertenencias. Este año Islandia ha sido golpeada duro dos veces: por la economía en la grave crisis mundial y ahora por este volcán tan destructor. Amigos, ¡llega la hora de nuestro vuelo!. Estamos ilusionados pero no tenemos muchas esperanzas de ver algo. No hemos visto el sol más de cinco minutos seguidos. Las ventiscas, lluvia, nieve y frío no cesan, es normal, estamos al ladito del Círculo Polar Ártico.

Pero hay que intentarlo. Los poquísimos que han podido volar -y siempre han sido canales de televisión- no han podido filmar nada nuevo. No hay más que las mismas imágenes y hasta ahora nadie ha filmado el glaciar fusionándose. Son los planos más deseados y buscados, y allí estamos nosotros, a punto de despegar, sin esperanzas. Nadie lo ha conseguido. Subimos los tres al helicóptero, Emilio y yo repasamos mil veces los equipos: mi cámara cargada, tarjeta ok, batería, tarjetas y baterías extra. Todo OK. La cámara de fotos también cargada y lista. La cámara de Emilio repasada no sé cuantas veces, exhaustivamente una y otra vez. Sonido, audio, micros, en fin, no podemos tener un solo fallo. Si suena “la flauta” será algo único, serán las mejores imágenes hasta ahora de la erupción. Pero hay que ser realistas, nadie las ha conseguido.

Emilio va atado a un arnés y a su vez al chasis del helicóptero, la puerta abierta. Yo de copiloto y Ramón junto a Emilio para ayudarle, aunque esta atónito con nuestro despliegue. Todo listo. El piloto pone en marcha la turbina, la hélice gana velocidad, y unos intrusos se cuelan debajo del rotor y ¡nos enseñan tres pedazos de cámaras para que les filmemos imágenes¡ No entiendo de que televisión son, pero se han jugado el tipo metiéndose debajo de las aspas cuando estamos en pleno proceso de aceleración. El piloto se desespera, les grita y hace señas: ¡quitaros¡ El helicóptero os puede succionar, estoy a muchas revoluciones. Serán entupidos ¿de dónde han salido? Insisten haciéndonos señas para que les cojamos las cámaras. Todo el mundo está histérico y quieren imágenes, pero esto no puede ser. Se juegan el tipo por la primicia, no entendemos nada, somos nuevos como reporteros: ¿será así esta profesión? Qué intensidad de curro. Es interesante, pero los periodistas se juegan muchas veces el tipo por su trabajo ¡¡y sin hacer ningún Desafío Extremo!! Para que luego digan de mí… Por descontado que no les cogimos las cámaras: bastante teníamos con nuestro trabajo como para hacer el suyo.

Despegamos, y ya en el aire vemos el “monstruo”. No os lo vais a creer, son las 20:00h, y es el único momento, desde que el volcán entro en erupción, ¡que despeja, y lo hace del todo. Se ve el volcán en toda su grandeza, ¡¡es increíble, magnifico, colosal!! Qué suerte, es inimaginable, estamos atónitos, volamos derechos al volcán, con un permiso especial dentro de la restricción aérea en la zona y podemos movernos con libertad a discreción del piloto.

Vamos a por las mejores imágenes hasta la fecha del volcán, ¿cómo puede ser? los de Desafío Extremo, ¿lo vamos a conseguir?Primero pasamos junto a las inundaciones, y desde el aire vemos la magnitud del desastre. El volcán emerge desde el nivel del mar con su forma perfecta. No hay nubes, sólo las cenizas pesadas que caen en los alrededores de la erupción, vemos a la perfección las explosiones.

Nos acercamos tanto que da miedo. El helicóptero se cimbrea por las corrientes de aire que genera el volcán. Es brutal, ¡¡más que brutal!! Hacemos un estático, es decir, el helicóptero está suspendido en el aire sin apenas moverse, rozando las columnas de humo. Los materiales que desprenden las erupciones alcanzan unos 20 kilómetros, según nos dicen, y vemos ¡cinco explosiones en directo! Salen del volcán y se aceleran de una manera imposible. ¡Dios mío lo que está saliendo! es terrible lo que expulsa, y ahora comprendemos perfectamente porqué han llegado a Europa las cenizas. Parece una máquina perfecta de generar materiales piroclásticos. Cenizas, humo y gases salen a una velocidad casi imposible, sin descanso, y cuando termina una explosión, en cinco minutos sale otra, y después otra. Y así sin parar. Expulsa tres tipos de humo: gris, gris casi negro, y blanco. Los grises son materiales que emergen desde las profundidades del magma, son los más peligrosos. El blanco es vapor de agua del glaciar que esta fundiendo el volcán. Os aseguro que jamás vi nada que se le pareciera y menos desde tan cerca. Parecen explosiones nucleares y todo junto al volcán, parece el fin del mundo.

El piloto me dice por los auriculares que cree que hay posibilidad de descender e intentar entrar en el glaciar muy cerca del cráter. Me quedo atónito, no sé qué responder. La prudencia y el sentido común me dice que ya nos la estamos jugando más de la cuenta, pero el carácter aventurero me dice que adelante. Lo consulto con Emilio y me indica que a por ello, que serán las imágenes más exclusivas de la erupción. Podremos filmar cómo se fusiona un glaciar milenario a consecuencia de un volcán que se escondía debajo de él. Es, sin duda, uno de los fenómenos más salvajes de la naturaleza y hay una oportunidad de filmarlo. Se hizo en el pasado, pero no en este volcán, que tantos ríos de tinta está haciendo correr.

Empezamos a descender por la ladera del volcán, nos metemos por un pequeño agujero que hay entre dos estratos de nubes procedentes del cráter, son gases. El piloto afina, agarra los mandos con fuerza, el helicóptero es violentamente golpeado y zarandeado por las fuertes corrientes de convección que emanan del volcán, pero el “tío” está decidido a entrar entre esas nubes, que nos dan acceso al glaciar. Es la primera vez que hay una cierta, aunque inquietante, visibilidad para hacerlo. Nos adentramos a los dominios del volcán. Por encima de nosotros mucho humo en suspensión y aparece, de pronto, el glaciar.

¡¡Es sencillamente asombroso!! nos topamos con dos agujeros gigantescos, y un barranco de unos dos kilómetros horadado en el glaciar milenario. Está cortado a tajo. Lo que la naturaleza construyó en miles de años, lo destruyó en dos horas, y esculpió un nuevo paisaje de hielo cortado verticalmente que estremece. Por encima, una gran cueva en la que entrarían, de largo, tres catedrales como la de mi ciudad, León. Es fascinante lo que estamos viendo y Emilio filmando. El glaciar esta sucísimo de cenizas y hay un río que corre por el barranco de hielo. Las oleadas de agua que de aquí se desprenden arrancan todo el hielo que causa los destrozos. Ahora entendemos las miles de toneladas de hielo azul que están diseminadas por todos los campos aledaños al volcán. Es una obra perfecta de destrucción, magnifica, terrible, pero cautivadora.Amigos, aun hay mas…

El piloto “se viene arriba”. Pensamos que está loco y me dice que va a intentar descender en la cueva y flotar en el aire, y después se deslizara lateralmente por todo el barranco de hielo, pero lo hará por dentro.

¡¡Qué me estás contando!! ¿Qué te quieres meter en ese “jodido” abismo con este cacharro? Le respondo que le falta riego en el cerebro. Le hago señas a Emilio y le digo: “prepara la cámara, que vas a filmar una locura..!” El piloto hace una maniobra magistral. Se coloca encima de la gigantesca cueva de hielo fundida por el volcán, que está inmediatamente encima de nosotros expulsando “mierda” a 20.000 metros de altura. Desciende y como nos decía, flota en el medio. Ahora vemos los muros verticales de cielo azul alrededor nuestro, parece que estamos dentro de otro planeta, el helicóptero se sigue zarandeando. Emilio con medio cuerpo fuera filmando, yo narrando el programa y las pupilas se me salen de asombro, y después llegó lo que nos prometió el piloto… Empieza a descender lateralmente y perdiendo altura a toda velocidad por el curso de agua y lodo de cenizas que ha horadado el colapso del agua fundida sobre el glaciar. Da la sensación que ha perdido el control, pero realiza una maniobra conocida como “resbale” perfecta. Grabamos la secuencia más espectacular de nuestras vidas.

Amigos, hemos estado literalmente volando ¡dentro del glaciar colapsado ¡ En el interior de un barranco de hielo azul que tardó miles de años en formarse, y que la misma naturaleza aniquiló en horas, y lo tenemos todo filmado!! Estamos paralizados de miedo, el “tipo” ha efectuado un vuelo acrobático y al límite, a escasos metros del cráter y con millones de toneladas de materiales que expulsa sobre nuestras cabezas, mientas las corrientes de aire las mantenían frágilmente fuera de nuestro alcance. Aún nos da otra vuelta en torno a la columna de humo y cenizas, es el atardecer y el sol se está poniendo. Los colores son rojizos y se mezclan con los grises y blancos que expulsa el volcán, es perfecto, la obra perfecta de la naturaleza: destructora, magnífica, espeluznante, pero terriblemente atractiva.

Sacamos la bandera de Cuatro TV, con la que siempre terminamos los programas. La aireamos en el aire flotando junto al volcán. Nunca un Desafío nos hizo llegar tan lejos. No pudimos conectar los tres volcanes más explosivos y peligrosos de Islandia, como pretendíamos en este Desafío Extremo pero, cuando una aventura es peligrosa e impredecible como ésta, que casi nos ha costado la vida, para nosotros salir vivos es UN DESAFIO CONSEGUIDO.

Ahora os escribo desde un avión que partió hoy día 17 de abril del 2010 por la tarde, con rumbo a Boston. No existe otro vuelo, gran parte de la atmósfera sobre el Océano Atlántico está contaminada con partículas muy peligrosas para los motores que expele sin cesar el volcán. Europa está siendo duramente castigada por esta causa, y para llegar tenemos que volar a EEUU y, si hay suerte, otro vuelo nos llevará a Lisboa, y después si hay aún más suerte aterrizaremos en Madrid el día 18, pero todo es una incertidumbre. La Naturaleza ha dictado su ley, y los humanos nos sometemos.

Pensamos que lo tenemos todo controlado, pero si un volcán furioso se enrabieta como este, nada podemos hacer, somos frágiles ante la descomunal fuerza de la Naturaleza. Nosotros hemos vivido una experiencia única que casi nos cuesta la vida, pero mereció la pena vivirla tan intensamente como nos ha tocado vivirla. Hemos aprendido rápidamente a ser reporteros a pie de la noticia, y sobre todo tenemos unas imágenes únicas, brutales, os van a impactar, y pronto, muy pronto veréis un programa especial de este Desafío Explosivo.

Quiero dar en esta ocasión las gracias a Ramón Larramendi, que con su experiencia y su sabiduría ártica nos ha enseñado Islandia como nadie, el vive ahora allí y es el mejor experto para conocer esta mágica isla con su empresa Tierras Polares: amigos, daros una vuelta cuando podáis, por Islandia.

Por cierto, en el resto de Islandia reina la tranquilidad. También quiero agradecer a mi amigo y cámara Emilio Valdés esa dedicación obsesiva por buscar las mejores imágenes, y para ello no le importa hasta “colgarse de un helicóptero en medio de un volcán”. Ya aprovecho para dar las gracias a todo el equipo de Cuatro y a nuestra productora Zanskar con ese magnífico equipo y su directora a la cabeza María Ruiz donde todos somos amigos y fluye el “buen rollo”, ¡que magnífica factoría de donde salen estos programas…! Mil gracias compañeros.

Estoy un poco “tierno”, pero es que casi no lo contamos… Os espero muy pronto, estar atentos en la web: www.cuatro.com o en la mía: www.jesuscalleja.es porque os lo vamos a contar ¡¡ya!! estas imágenes no pueden esperar.

Jesús Calleja, desde algún punto entre Islandia y Boston. Nos vemos muy pronto…”