Colgados como grajos en la pared

cuatro 12/05/2011 12:00

Así ha pasado la noche el equipo de Desafío Extremo. A 300 metros del suelo, en una hamaca de big wall anclada a la pared y con el cielo por techo.

 

Jesús, Emilio y Pelut han logrado completar los primeros largos de la Inshallah Factor. Tras ¡16 horas! de trabajo en pared _comenzaban a las 7 de la mañana_ alcanzaban el lugar en el que instalarían las hamacas.

 

Así nos lo contaba Jesús, a través del teléfono satélite, nada más llegar al vivac:  

 

“Pues aquí estamos, amigos, tras 16 horas de ascensión, ¡por fin descansando un poco!  Estamos metidos en una vía muy compleja. Y más, si cabe, tal y como la estamos haciendo, en artificial. Porque hay que meter muchos pitones, friends (material técnico de escalada que se inserta en la roca), hay que “coser” todas las fisuras de arriba a abajo, equipar la ruta... y luego hay que descender, coger los petates, levantarlos por la pared y volver a subir. Y llevamos muchísimo material, unos cincuenta litros de agua... ¡En total unos 180 kilos de peso que estamos subiendo por la “Inshallah Factor”! Una vía esbelta, clásica, que estamos haciendo como se hizo en su día, en artificial (aunque más delante escalemos en libre).

 

Hemos subido más o menos la mitad de la vía, han sido 16 horas de esfuerzo ininterrumpido ¡una matada!... Es lo que nos espera todos los días hasta alcanzar el final de la Inshallah. Creemos que nos queda la parte más difícil, las fisuras más “jodidillas”, sobre todo la chimenea final.  

 

Y aquí estamos, ¡¡colgados de cuatro anclajes de chichiná..!! Ahora, mientras hablo por teléfono aquí colgado, siento que me resbalo de la hamaca ¡no veáis qué sensación...!

Hemos montado lo que se conoce como “campamento estelar”: estamos durmiendo bajo las estrellas, colgando en el vacío, y lo estamos haciendo en la parte más lisa y vertical de la pared, cosa que creemos que nunca se ha hecho hasta la fecha, normalmente se suelen emplear las repisas... Os aseguro que ver el desierto desde aquí es...sencillamente precioso.  Precioso ¡y frío también!

Lo de la inversión térmica en el desierto es una burrada: ahora, que son las once de la noche, estamos casi tiritando de frío, y a las 7 de la mañana hace ya un calor abrasador que no os podéis imaginar!! ¡Te taladra, te deja hecho fosfatina...!

 

Así que ahora a tratar de descansar un poco, subidos a 300 metros, en mitad del Jebel Rum...  ¡ni paracaidismo, ni nada! Pocas cosas se asemejan a dormir sobre el abismo en una estructura híper frágil, en la que, a nada que te mueves, notas que algo se destensa, algo se afloja, otra se tensa... Es una sensación francamente vertiginosa, ¡pero vértigo del bueno! Y hay que hacerlo todo aquí colgado, eh? Cagar, mear... y dormir con el arnés dentro del saco, ¡por supuesto!

 

En estos momentos somos aún más conscientes de la grandeza de estos montes, y del privilegio y la rareza de estar aquí, porque muy poca gente viene a escalar estos big wall en el desierto, y menos aún en artificial! 

 

Sin embargo, no queda aquí la cosa, todavía nos espera una parte muy complicada, una travesía bastante difícil. Así que a por ello vamos, y eso si, no dejaremos un solo rastro de nuestro paso por la roca. Estamos practicando escalada limpia, no metemos parabolts (anclajes permanentes que se colocan con taladro), sólo expansores que luego retiraremos. Dejaremos la pared tal cual la encontramos.  

Y eso es todo, por ahora... ¡mañana, si puedo, os contaré cómo nos ha ido!

Así que, ya sabéis, permaneced atentos, amigos, Jesús prometió que llamaría para contarnos la jornada, ¡seguiremos informando!

 

 

La Inshallah Factor está considerada la vía clásica de la cara este del Jebel Rum, y fue ascendida por primera vez en 1986 por los escaladores  W.Colonna, M.Shaw, A.Howard.