Los Merino, en la cuerda floja, esta semana en Perdidos en la tribu

cuatro.com 01/06/2012 20:22

A estas alturas de “Perdidos en la tribu”, las familias están entregadas a la lucha por conseguir la aceptación de sus tribus correspondientes. Pero a pesar de los esfuerzos no todos están logrando lo que se proponen. Los Merino siguen sin controlar una de las herramientas que los shiwiar consideran imprescindible para la vida en la selva, la canoa. Los Berhanyer no aceptan ciertas costumbres de la tribu como comer perro. Sin embargo no todo son problemas. Los Navarro han dado un paso más hacia la aceptación gracias al esfuerzo de Chabeli al hacerse en la espalda las escarificaciones e incisiones que las mujeres suri se infligen como símbolo de fortaleza y elegancia.

En el Amazonas, a pesar del terrible esfuerzo de los Merino por adaptarse a la tribu, la familia sigue en la cuerda floja debido a una exigencia shiwiar que no acaban por cumplir: manejar la canoa correctamente. En unos de sus intentos Cristina se cae de la canoa, lo que supone un enorme riesgo debido a los caimanes, pirañas y demás peligro que esconde el río. Además, a partir de ahora la familia tendrá que ir hacer muchas de las actividades shiwiar sin ayuda alguna. Juntos deberán desenvolverse en la selva y en el río, las mujeres tendrán que ir a recoger yuca por sí mismas y ellos buscar el veneno para poder pescar de la forma en la que lo hace la tribu. En el ámbito personal, la relación entre los hijos de Marisol y su marido comienza a cambiar. Están empezando a tomar a Carlos en consideración y dentro de ellos está naciendo un sentimiento de cercanía y gratitud hacia Carlos que hasta ahora no conocían. Por su parte, las mujeres de la tribu quieren saber sobre la vida íntima de Marisol y su hija Cristina y qué mejor momento para preguntarles que mientras están a solas con ellas trabajando con las vasijas tribales.

En Etiopía, Chabeli da un importante paso después de las reprimendas que obtuvo en el último Consejo tribal por poner constantemente en tela de juicio la cultura y exigencias de los suri. La hija de los Navarro se escarifica la espalda tal y como lo hacen las mujeres de la tribu, una serie de cortes e incisiones símbolo de elegancia, de fortaleza y de valor. Además, la tribu está interesada en generar un ambiente de intimidad entre Isa y Jose. Desde que llegaron han tenido que dormir siempre separados y quieren que puedan pasar una noche juntos. Por su parte, ha llegado el momento de que Antonio se enfrente a la lucha Donga contra un joven de otro poblado, un espectáculo que puede resultar duro para una madre como Isa.

Los Berhanyer están intentando no cometer los mismos errores que en su aventura con los suri, pero el día a día de los Tamberma no resulta tampoco nada fácil. Elio y Juan Carlos tienen que ir a talar unos árboles con cuyas cortezas se pueden hacer unas estructuras sólidas similares a una cama. Padre e hijo hacen todo lo posible para trabajar como lo hace la tribu. El problema viene a la hora de transportar las cortezas al poblado: Juan Carlos no quiere llevar peso, lo que dará lugar a un hilarante conflicto entre unos y otros. Por su parte, Marie debe aprender a controlar sus nervios y los Tamberma tienen el rito perfecto para ayudarla. Además, la familia descubre uno nuevo plato que su tribu come en ocasiones pero que ellos no aceptan comer, el perro, y aprende a elaborar con tierra, vegetales y agua una crema humectante llamada carité que hace las veces de protector solar e hidratante.