Iker quiere reflexionar sobre la magia que poseen algunos lugares que no son tan célebres, pero que en ellos nos sentimos bien, porque establecemos una conexión muy especial. De alguna manera, las circunstancias que nos rodean nos hacen redescubrir sitios que marcan nuestra vida. Estamos acostumbrados a una sociedad en la que cuando pierdes el estatus, en vez de considerar interesante el aprendizaje para regresar o para levantarse, se demoniza a la persona con pensamientos como: “Ese ha fracasado”. Lo importante es saber que eso puede ocurrirte y volver a caminar. El presentador se retrotrae a cuando tenía 20 años y, para sus expectativas, se encontraba en una situación de estatus “maravillosa”. Se ganaba la vida con temas parecidos a los que trata ahora, una suerte que no creía. Pero de repente, se encontró en una situación en la que perdió todo eso. Entonces, la vida le llevó a Sigüenza, donde comenzaría de nuevo.