¿Son efectivas las clases online para niños? Opiniones de expertos y recomendaciones para padres
Las clases online supusieron una revolución en la pandemia, y ahora se han quedado como apoyo escolar, e incluso, escolarización completa a distancia
5 cambios para mejorar la rutina de estudio que equivalen a horas extra, avalados por la ciencia
Durante la pandemia de COVID-19, millones de estudiantes de todo el mundo tuvieron que quedarse en casa, lo que les obligó a continuar su educación de manera telemática con clases virtuales, que para muchos, supusieron una auténtica revolución.
Aunque lo más duro de esa etapa ha pasado, el aprendizaje online se ha quedado con nosotros como una opción educativa en muchas familias, sobre todo como apoyo escolar, refuerzo de idiomas o incluso escolarización completa a distancia. Pero, ¿son realmente efectivas las clases online para niños?
¿Qué se entiende como clases online en la infancia?
Las clases online en la etapa de infantil y primaria pueden adoptar diferentes formas: desde sesiones individuales de apoyo con un profesor particular hasta plataformas estructuradas con programas educativos completos. También incluyen recursos interactivos, vídeos educativos, juegos didácticos y contenidos gamificados.
La mayor diferencia con respecto a las clases tradicionales es que el canal principal es digital, generalmente a través de plataformas como Zoom o Google Meet, o mediante un entorno de aprendizaje virtual como puede ser Moodle o plataformas propias de academias online.
Este tipo de aprendizaje tiene ventajas como la flexibilidad horaria, que permite adaptar el ritmo de estudio al día a día familiar, muy útil en hogares con rutinas más cambiantes o con múltiples actividades extraescolares. Estas clases también permiten una personalización del aprendizaje, de esta manera el niño puede avanzar a su propio ritmo.
Por otro lado, se puede acceder a profesores especializados desde cualquier lugar, esto es especialmente valioso en la enseñanza de idiomas con docentes nativos. Además, muchas plataformas educativas ofrecen materiales interactivos, juegos y dinámicas que hacen que el aprendizaje sea mucho más atractivo y motivador para los más pequeños.
Pero estas clases también tienen inconvenientes, ya que hay una falta de interacción social, algo esencial durante la infancia y que depende en gran medida del juego compartido, el contacto físico, el lenguaje no verbal y la convivencia con iguales, algo que no se puede reproducir en entornos digitales.
Además, hay que tener en cuenta el abuso de pantallas. Esto puede provocar fatiga visual, dolores de cabeza, problemas de sueño e incluso, dificultades para mantener la atención. También hay que saber que el aprendizaje online exige una alta implicación por parte de las familias, sobre todo en el caso de los niños menores de 10 años.
La opinión de los expertos
Según un estudio del Grupo de Investigación Interacción e Influencia Educativa (GRINTIE) de la Universidad de Barcelona, “las clases online pueden ser eficaces siempre que estén bien diseñadas y adaptadas a la edad del niño”. Este informe señala que no es tanto la modalidad lo que determina el éxito académico, sino la calidad del contenido, la interacción con el docente y el grado de motivación del niño.
La psicopedagoga Eva Bach advierte que “la pantalla no puede sustituir el cuerpo, el juego, la mirada y la presencia
