Ahorro

Ahorro por objetivos: el método del “dinero etiquetado” que está cambiando la economía doméstica

Este método se puede aplicar tanto en formato físico como digital. Freepik
Compartir

Controlar el ahorro sin tener que renunciar al presente es una de las preocupaciones más comunes en la economía doméstica actual. El método del “dinero etiquetado”, también conocido como ahorro por objetivos, está ganando mucho protagonismo por ser simple y eficaz. Consiste en reservar ciertas cantidades de forma concreta para un propósito definido: un viaje, una reforma, un fondo de emergencia. Se debe evitar mezclar ese dinero con el de consumo habitual.

Esta metodología, es conocida como cash envelope o sistema de sobres y ha sido avalada tanto por expertos financieros como por estudios de comportamiento que destacan su capacidad para frenar el gasto impulsivo y mejorar la disciplina económica.

PUEDE INTERESARTE

¿Qué es el ahorro por objetivos o dinero etiquetado?

El ahorro por objetivos consiste en separar el dinero en diferentes categorías con un propósito definido: desde gastos cotidianos como ocio o supermercado hasta algunas metas más concretas a largo plazo como un viaje o un coche. En su forma tradicional, se utilizan sobres físicos con etiquetas y efectivo, pero también se pueden utilizar cuentas separadas o subcuentas en banca digital.

Esta técnica fomenta un gasto consciente: cuando el sobre se vacía, se debe esperar al siguiente periodo para reponerlo, evitando así las compras por impulso. Además, favorece la planificación realista, ya que si se ahorra una cantidad de dinero para las vacaciones, por ejemplo, se sabe cuánto hay que aportar mensualmente durante un año para conseguirlo sin endeudarse.

PUEDE INTERESARTE

Cuáles son las ventajas reales del método

El ahorro por objetivos no solo es intuitivo, también es muy efectivo para aquellos que tienen dificultades para mantener un hábito de ahorro constante. Algunas de sus principales ventajas son:

Mayor control emocional del gasto

Una de las claves del éxito del “dinero etiquetado” es su capacidad para frenar las decisiones impulsivas. Cuando se tienen asignadas cantidades concretas para cada finalidad, esa persona sabe con claridad cuánto puede gastar. Un sobre vacío (sea físico o digital) actúa como un freno psicológico inmediato, ayudando a evitar excesos.

Planificación clara y realista

Este método obliga a concretar metas y plazos. Por ejemplo, si una persona quiere comprar un smartwatch que valga aproximadamente 600 euros en seis meses, sabrá que debe apartar unos 100 euros mensuales. Esto no solo va a ordenar las finanzas, sino que también va a aportar una sensación de control y progreso cuando vaya acercándose al objetivo.

Prevención del endeudamiento

Cuando los gastos importantes están previstos y asegurados con antelación, se evita tener que recurrir a tarjetas de crédito, préstamos personales u otras soluciones que impliquen intereses. Esto lo convierte en una estrategia útil para mantener las finanzas personales saneadas.

Se adapta a cualquier perfil financiero

No importa si se es estudiante o una familia con ingresos medios o altos, este método puede aplicarse en cualquier circunstancia. No se necesitan conocimientos financieros previos ni tampoco grandes herramientas, simplemente un poco de organización y constancia.

Transparencia y compromiso compartido

En parejas o familias, permite que todos los miembros sepan cuáles son los objetivos de ahorro para que se comprometan con ellos.

Cómo se puede implementar el ahorro etiquetado

Poner en práctica este sistema es mucho más fácil de lo que puede parecer. Se puede adaptar tanto al uso de efectivo como al entorno digital, y no se necesitan grandes cambios en el estilo de vida. Estos son los pasos básicos para comenzar con ello:

Definir los objetivos con claridad

El primer paso es decidir para qué se quiere ahorrar. Lo ideal es establecer metas concretas, alcanzables y con fecha límite. Puede ser un viaje, una reforma o sencillamente, marcar el límite en ciertas categorías como pueda ser ropa o caprichos. Cuando más definido esté el propósito, más fácil será mantener el hábito.

Calcular cuánto se necesita ahorrar y en cuánto tiempo

Una vez que se tiene el objetivo, se debe dividir este importe entre los meses que hay hasta la fecha límite. Este paso también permite comprobar si ese plan es viable o se necesita ajustar en cuanto a dinero o tiempo.

Elegir el formato que mejor se adapte

Se puede aplicar este método con los tradicionales sobres físicos, útiles si se gestiona la economía en efectivo, o bien con herramientas digitales. Hoy en día, muchos bancos como Revolut, permiten crear carteras o subcuentas con nombres personalizados que son ideales para este método.

Automatizar los ingresos para cada objetivo

Para evitar que se olvide y reducir la tentación de gastarlo, es recomendable programar transferencias automáticas mensuales desde la cuenta principal a cada “etiqueta”. De esta manera, el ahorro se convierte en una prioridad y no en lo que sobra al final de mes.

Revisar y ajustar periódicamente

Es fundamental comprobar cada cierto tiempo si se está cumpliendo con lo previsto. Se pueden ajustar las cantidades si cambia la situación económica o si alguno de los objetivos se ha modificado.

Establecer reglas clara para el uso del dinero

Una parte esencial de este método es respetar el propósito de cada “etiqueta”. El dinero destinado al fondo de emergencias no puede ser utilizado para ocio, o el que se quiera reservar para las vacaciones para cubrir gastos cotidianos. Si alguna categoría se queda sin fondos, lo que se debe hacer es esperar al siguiente ingreso o reajustar otras etiquetas, pero nunca romper el sistema.