Los parques infantiles, un foco de los tóxicos de los plásticos: "Se necesitan medidas legislativas"

  • Los expertos advierten que se necesitan medidas para regular el plástico de uso cotidiano

  • Los plásticos de uso cotidiano contienen materiales tóxicos que sin darnos cuenta inhalamos

  • Un experto advierte que ya se encuentran los componentes del plástico en la orina de los niños

Una botella de plástico tarda en descomponerse 450 años si está al intemperie, sino puede durar más de 1.000 años. Los científicos alertan que los niños son los más vulnerables y los que más expuestos están a la toxicidad del plástico, un componente que se encuentra en todas partes, según informa en el vídeo Alba Martínez y Marta Alcázar.

Los plásticos de uso cotidiano contienen materiales tóxicos que, sin darnos cuenta, inhalamos. Así ocurre también con los envases de plástico en los que calentamos la comida, en el césped artificial e incluso en los parques infantiles. Esta realidad preocupa a los científicos, quienes piden una regulación que reduzca la presencia de estos componentes.

“Está en el 100% de la orina de los niños europeos”, explica Nicolás Olea

El plástico inunda nuestras vidas. La mayoría de objetos que usamos en nuestro día a día están hechos de este material, lo que provoca graves consecuencias para la salud. “Estos compuestos son tóxicos para el medio ambiente y la salud humana. Se necesitan medidas legislativas que puedan prohibir su uso”, sostiene Ethel Eljarrat, pediatra del Hospital Sant Joan de Déu. Son activos en pequeñas dosis y peligrosos, sobre todo en los menores.

“Está en el 100% de la orina de los niños europeos. Afecta al equilibrio hormonal”, sostiene Nicolás Olea, catedrático de Radiología de la Universidad de Granada. Aunque podemos hacerle frente con pequeñas acciones. “Variar la dieta hace que no estemos expuestos al mismo tóxico. O mirar bien las etiquetas de los productos de limpieza”, recalca Elena Codina, pediatra del Hospital Sant Joan de Déu. Los expertos advierten que es imprescindible ir a la raíz y cambiar la regulación para proteger a los más pequeños de esta toxicidad que daña el medio ambiente.