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Hipoteca fija o variable: qué opción es mejor si estás pensando comprar piso en 2026

Una fija garantiza estabilidad, mientras que una variable ofrece un inicio más barato. Freepik
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Comprar una vivienda es posiblemente la mayor inversión que hará una persona en su vida. La hipoteca, ese contrato de hasta tres décadas que la suele acompañar, no es un simple trámite: puede condicionar la economía familiar durante años. Hasta hace poco, en España, la pregunta de qué hipoteca es mejor se respondía sola: la mayoría de las hipotecas eran variables, ligadas al Euríbor, y se asumía que las cuotas podrían bajar o subir con el tiempo. Hoy en día, las reglas del juego han cambiado.

Tras años de tipos negativos y cuotas sorprendentemente bajas, la inflación desatada en 2022 y 2023 llevó al Banco Central Europeo a subir los tipos de interés a niveles que no se habían visto en más de diez años. Esto hizo que las hipotecas variables fueran más caras y provocó que miles de familias tuvieran que cambiar a la hipoteca fija. Ahora, a mediados de 2025, el Euríbor ha caído en torno al 2%, y los bancos compiten con ofertas agresivas y se multiplican las dudas de los futuros compradores que piensan firmar en 2026.

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Esta decisión no es para tomarla a la ligera, ya que una diferencia de unas pocas décimas en el interés puede traducirse en miles de euros a lo largo de la vida del préstamo. En este artículo, repasamos los pros y contras de la hipoteca fija y variable para saber cuál conviene elegir.

Cómo se ve el panorama 2025-2026

En España, en 2025, el Euríbor a 12 meses -la referencia habitual para muchas hipotecas variables- se ha situado alrededor del 2% tras varias bajadas consecutivas. Algunos analistas proyectan que podría permanecer entre el 2% y el 2,2% en los próximos años. Las expectativas apuntan a estabilidad o ligeras variaciones, salvo que ocurra algo inesperado en la economía europea o global.

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Al mismo tiempo, las hipotecas fijas están ganando peso, ya que se están ofertando tipos atractivos, algunos por debajo del 2,5% TIN (tipo de interés nominal) para ciertos perfiles, lo que hace que muchos compradores valoren la seguridad frente al riesgo. Este año ya se ve un repunte de interés por las fijas y mixtas frente a las variables.

Hipoteca fija o variable: qué ofrecen realmente

Escoger entre una hipoteca fija o una variable no es solo cuestión de números. Hay que tener en cuenta el riesgo que se va a asumir y cuánta tranquilidad se necesita para poder organizar las finanzas. Ambas fórmulas tienen sus pros y contras, y al ser una decisión que puede durar hasta 30 años, es algo que hay que ver con calma porque la diferencia puede suponer miles de euros.

Hipoteca fija: la tranquilidad de pagar siempre lo mismo

Las hipotecas fijas no cambian su precio. Desde el día uno hasta el último día, la cuota será idéntica. Esto quiere decir que no importa que el Euribor baje o suba, siempre se va a pagar lo mismo.

Esto tiene unas ventajas como la estabilidad total, ya que se sabe que las cuotas no van a cambiar y eso hace mucho más sencillo planificar un presupuesto familiar a largo plazo. Si la cuota de la hipoteca son, por ejemplo, 800 euros, dentro de 15 años seguirán siendo 800 euros, por lo que siempre se tendrá que contar con esa cantidad para destinarlo al pago de la vivienda.

Por otro lado, hay una clara protección frente a cualquier susto, debido a que si el Euríbor vuelve a subir con fuerza, algo que podría pasar perfectamente, se está blindado y la cuota no cambia. En 2022 y 2023, muchos hipotecados variables vieron cómo sus cuotas crecieron cientos de euros de golpe. Los que tenían una hipoteca fija pudieron respirar tranquilamente.

El que la cuota de la hipoteca sea fija hace que haya una previsión en etapas vitales, es decir, si se planifica tener hijos, emprender o si se va a hacer algún gasto grande en el futuro, conocer la cantidad de hipoteca que hay que pagar, rebaja mucho esa incertidumbre económica y se sabe con lo que se puede jugar en el presupuesto familiar.

Evidentemente, también tiene sus contras, como que el precio inicial suele ser más alto, ya que es común que el banco cobre un interés algo más alto al de la variable, precisamente por asegurar esa estabilidad que hemos mencionado. Por otro lado, hay menos ventajas si los tipos continúan bajando, ya que se va a seguir pagando lo mismo. Además, las condiciones de las hipotecas suelen ser más rígidas, ya que pueden tener comisiones de amortización anticipada más altas o plazos menos flexibles que las variables.

Hipoteca variable: el “juego” de seguir al Euríbor

La variable es todo lo contrario: con cada revisión, normalmente cada seis o doce meses, la cuota podría variar ya que se ajusta al Euríbor más un diferencial pactado. Esto quiere decir que si está bajo, la cuota baja; pero si sube, el banco tiene que repercutirlo subiendo la cuota.

Este tipo de hipoteca también tiene ventajas frente a la fija. Con el Euríbor en torno al 2%, las variables suelen tener cuotas más bajas que las fijas equivalentes. Es algo muy tentador porque al principio se nota mucho. Además, existe la posibilidad de ahorrar si los tipos bajan, ya que si el Euríbor cae al 1,5% o al 1%, la cuota también va a bajar. Esto es algo que ya pasó la década pasada y muchos hipotecados se beneficiaron de ello cuando el Euríbor estuvo incluso en negativo.

Por otro lado, las condiciones son más flexibles que en las hipotecas fijas. Suelen tener menos comisiones de amortización anticipada y permiten beneficiarse de bajadas de tipos sin tener que negociar con el banco.

Pero, también tiene sus inconvenientes, como vivir con una incertidumbre constante, ya que no se va a saber con exactitud cuánto se va a pagar dentro de dos o cinco años. Para algunas personas eso puede ser un quebradero de cabeza muy serio, sobre todo, si se tienen ingresos ajustados. En relación con esto, también hay que tener en cuenta que existe el riesgo de subidas bruscas. Por ejemplo, si el Euríbor sube del 2% al 4% puede traducirse en una subida de la cuota de 200 o 300 euros más al mes de golpe, algo que ya han sufrido muchas familias con hipotecas variables.

Además, este tipo de hipotecas exigen estar más pendientes, hay que seguir las noticias económicas y conocer un poco de política monetaria para poder entender qué va a pasar con la cuota en el futuro.