Las mujeres que se incorporan a la yihad, primero van a ayudar a los maridos, luego realizan labores de enfermería y luego, algunas se inmolan. El Estado Islámico necesita a las mujeres para procrear, por ello prometen a las jóvenes un sueño y las utilizan como objetos sexuales. Muchas acaban muriendo, o son secuestradas o vendidas.