Ahora tiene 23 años, pero no puede olvidar lo que padeció desde los 7 años. "La gente me insultaba. Betty la Fea es lo que más me marcó". Le esperaban a la salida del colegio para darle patadas de camino a casa delante de su hermana pequeña. La gente que lo veía no decía nada ni le ofrecía ayuda. Su padre se iba a la hora del recreo a vigilar y proteger a su hija desde fuera.