La dura historia de Antonio, parapléjico por una lesión medular: "Mi vida gira en torno a una silla, nadie se merece eso"

"Recuerdo perfectamente cunado me dijeron que no volvería a andar
Antonio se dedicaba al marketing y a la comunicación. Codirigía su propia empresa y era un enamorado de su trabajo. Desde hace tres años sufre una paraplegia y está intentando adaptarse a su nueva realidad. "Tengo una lesión medular incompleta, tuve un tumor y fue creciendo hasta que la seccionó. No entera pero de cintura para abajo no tengo sensibilidad", explica.
El paciente ha encontrado en el padel adaptado una nueva ilusión y es uno de los mejores jugadores de España. "Sentirme valido, querido por la gente y arropado... el padel me ha devuelto la vida", confiesa. "Cuando me voy a la ducha del gimnasio me dicen que tardo mucho en salir, la ducha de aquí es adaptada y la de mi casa no. Estaría toda mi vida aquí".
De camino a casa, el publicista cuenta cómo recibió la noticia de que no volvería a andar nunca "Sentí rabia, mucha rabia, fue el día más duro de mi vida de momento. Cuando el neurocirujano me dijo estas palabras literalmente, no se me olvidaran nunca:'Lo siento Atonio pero nunca vas a poder volver a caminar'. Se me cayó el mundo al suelo. Mis hijos me vieron salir de casa conduciendo y andando y cuando me volvieron a ver me vieron en una silla".

Julio Armas ha querido saber más sobre cómo acabó Antonio en su situación. "Cuando detectaron el tumor me mandaron al servicio de neurocirugía de Ciudad Real para que me operaran de urgencia. Me tenían que inducir un coma del que podía salir o no. Fueron dejando días y perdí una pierna. Llamé corriendo y me dijeron que estaba dentro de lo normal. Al día siguiente perdí la otra. Ya no sentí ninguna de las dos. Pedí una segunda opinión en otro hospital porque veía que me iba a quedar en una silla", afirma.
"Si lo hubiéramos hecho antes me hubiera dejado dolor y un post operatorio lento pero lo hubiera hecho lento, pero yo estoy cabreado con el mundo. Nadie se merece esto, yo no se lo deseo ni al reponsable de que yo esté así, porque lo hay. Peor es cierto que desde la silla de ruedas que yo veo el mundo, se podía haber evitado claramente", cuenta rompiendo a llorar y revelando que denunció al primer hospital por negligencia.
"Creo que a Raquel se lo dijeron antes fuera. Lo primero que le pregunté es qué si quería seguir viviendo conmigo y ella me dijo que nos íbamos a hacer viejos juntos. No supe disfrutar de esas palabras en ese momento. Peor ahora sí que las estoy disfrutando y sé que somos una pareja eterna"

Raquel sufre fuertes dolores de espalda por tener que trasladar a su marido de un lado a otro.. "Yo vivo de guardia las 24 horas del día, no me importa porque lo hago por mi marido y por mis hijos pero es muy duro y muy cansado. Me levanto cansada. Me costó pero sabía que era acción reacción, no me podía venir abajo porque alguien tenía que mantenerse fuerte. Yo estaba deseando que le pasaran a quirófano porque necesitaba llorar. Sospeché que no pudiese volver a andar. Soy pesimista por naturaleza, el primer año fue muy duro porque el pasó por un momento de negación y enfado. Ese pesimismo se volvió esperanza. Me decía que no quería estar conmigo por lastima pero yo no sentía lastima".
"Echo de menos algunas cosas como pasear, caminar por la playa, dar un paseo agarrado, bailar, cosas así que parecen una bobada pero yo echo de menos que sus ojos estén con mis ojos. Que estén a la misma altura y no tener que sentarme para mirarlo. Si lo hacía que era porque quisiera y no por imposición", cuenta llorando la mujer de Antonio.