Los conquistadores toman el lunes las riendas de 'Un príncipe para Corina'

Para comenzar, trasladarán a la princesa y a su séquito de palacio a las caballerizas para poder tenerla lo más cerca posible de ellos. Pero Corina tiene que estar bien instalada. Los chicos se encargarán de decorar la habitación de su amada en una jornada en la que todos lucharán por ser el más atento con ella. Además, los chicos que hasta ahora no han tenido aún su cita a solas con Corina tendrán su momento. Con unos habrá más química y con otros no tanta, pero la princesa no dejará de vivir peculiares experiencias con cada uno de los conquistadores.

Mientras tanto, los consejeros Javier y Nahir pasarán las horas con el resto de conquistadores. Un día de pesca, un paseo a caballo... Eso sí, cada uno a su manera. Javier retará a los chicos para comprobar quién tiene mejores cualidades, mientras Nahir intentará darles consejos para que tengan más posibilidades a la hora de conquistar a su bella hermana.

A lo largo del programa uno de los conquistadores decidirá saltarse las normas y actuar por su cuenta. Quiere tener una romántica cita con la princesa pero no ha llegado su momento. A escondidas, y al más puro estilo Romeo y Julieta, sacará a Corina de su habitación y se la llevará a disfrutar de una preciosa noche de charla y complicidad, testigo del primer beso de amor de la princesa en el programa.

Inesperado regreso de Pedro, el vampiro

El cuento de Corina vivirá un sorprendente regreso que nadie podía esperar. Pedro, el vampiro, aparecerá inesperadamente en palacio ante el asombro de los testigos e invitará algunos de sus compañeros a su lugar favorito: el cementerio, donde les hará partícipe de sus hábitos de vida como vampiro, su apetito sexual o su capacidad para leer la mente.

Tras la mudanza, las citas y el regreso de Pedro, los conquistadores decidirán montar una fiesta en la playa para Corina y los consejeros, una manera perfecta para relajarse, estar con la princesa y charlar con sus compañeros sobre sus estrategias de conquista. Entre ellas, la de Andrés, el Capitán América, que se sincerará con algunos de los compañeros más allegados. Su timidez no le permite acercarse a Corina con naturalidad o mostrarle sus verdaderos sentimientos, y desea saber qué piensan sus amigos.

La tarde de playa llegará a su fin con el temido momento de una nueva expulsión. Uno de los aspirantes a príncipe tendrá que abandonar el cuento.