Tras pasar la primera criba, Máximus tenía la difícil tarea de, a través de su avatar, preparar una cita donde Patricia se sintiese como una autentica princesa. Y, la verdad, es que al encuentro no le faltó detalle: Un castillo, un poema en “castellano antiguo” (tras algunas correcciones del avatar), un camino de pétalos de rosas y música en directo… ¡¿qué más se puede pedir?!