El cambio de rumbo en la estrategia de Sergio había dado sus frutos. A la hora de la elección final, Nina, pese a haber quedado encantada con Alberto, se decantaba por el catalán. Al verle, la modelo no se lo podía creer, estaba alucinada y todavía tenía que pensárselo mucho para decidir si darle una segunda oportunidad como pareja.